El discernimiento, la oración, la reflexión-y-meditación son fundamentales para los cristianos ya que a través de ellas nos podemos acercar y fortalecer nuestra relación con Dios. Foto Especial.
En tiempos en los que el vacío existencial y la desesperanza se han adueñado de tantas almas, llevándolas a la depresión, ansiedad, dependencias insanas y, especialmente, a la búsqueda del sentido en caminos equivocados, se ha vuelto indispensable fortalecer nuestra fe sobre el plan que Dios tiene para la existencia de cada una de sus criaturas.
Pero… ¿cómo puedo saber que Dios tiene un plan para mi vida?
La realidad es que no podemos comprobarlo de forma tangible, al nacer no recibimos un instructivo claro sobre lo que deberemos hacer con nuestra vida. De hecho, se trata más bien de un misterio que está directamente relacionado con el misterio de la Divina Providencia.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la Divina Providencia es el plan de Dios por el cual protege y gobierna todas las cosas que ha creado, desde los eventos más pequeños hasta los más grandes. Es el acto de Dios de intervenir en el universo para guiar su creación hacia su propósito final.
Sin embargo, también señala que, aunque Dios es el creador, permite que los hombres participen en su providencia, ya sea a través de sus acciones, oraciones o sufrimientos. Los hombres, como causas segundas, pueden ser colaboradores de Dios en su plan.
¿Alguna vez te has planteado esta enorme idea? Es como si Dios nos hubiera contratado para formar parte de su equipo, como su mano derecha, en esa maravillosa empresa llamada “vida”.
Por alguna razón Dios, pudiendo crear un mundo terminado, decidió crearnos en un estado de vía hacia la perfección, dejándonos un espacio importante en el organigrama, cediéndonos la libertad para trabajar en el término de la creación y el perfeccionamiento de nuestra alma a través de nuestras acciones, es decir, colaborar con ÉL en el logro del fin último del hombre: la santidad.
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29,11
A continuación, te comparto 5 acciones que pueden ayudarte a descubrir el plan que Dios tiene para tu vida:
Muchas veces creemos que Dios no escucha nuestras oraciones, especialmente cuando nuestras peticiones no son cumplidas. Si bien la Divina Providencia se trata del cuidado activo de Dios por sus criaturas y por el mundo, no significa que Dios cumplirá nuestros caprichos, nos evitará el sufrimiento y llenará nuestra vida de momentos placenteros.
A través de la oración es que podemos pedir al Espíritu Santo los dones para entender, aceptar y colaborar con los designios de Dios, que, aunque a menudo resultan incomprensibles, se cumplen incluso a través de las acciones humanas y las adversidades.
El auto-conocimiento parte de la convicción de que todos somos seres únicos, irrepetibles e irremplazables, creados a imagen y semejanza de Dios, sin embargo, con dones, talentos y carismas singulares que nos distinguen del resto de la humanidad.
Puedes reflexionar sobre tus dones y talentos contestando a las siguientes preguntas: ¿por qué virtudes eres reconocido por otras personas? ¿En qué tipo de actividades fluyes de forma natural y sin complicaciones? ¿En qué momentos de tu vida sientes que aportas más valor y utilidad a las necesidades de otras personas? ¿Qué es lo que más te agradecen las personas a tu alrededor?
Cuida de no caer en el error de la confianza excesiva en ti mismo. Creer que Dios te ha hecho libre y que en esa libertad tu eres el único responsable de hacer que las cosas funcionen para tu bien.
La esperanza en la Providencia de Dios es un acto de humildad, de saberte un colaborador clave en el cumplimiento del plan de tu vida, pero al fin y al cabo un colaborador que necesita de la guía de su “líder” para conducir su vida.
Así como en el punto anterior la confianza excesiva puede ser un obstáculo en el descubrimiento del plan de Dios, la pasividad sostenida en la confianza en la Providencia Divina puede ser igualmente dañina. Es decir, aquellas personas que creen que no necesitan esforzarse pues “Dios proveerá”.
La convicción en que Dios tiene un plan para mi vida no será suficiente para descubrirlo. Por el contrario, necesito encontrarlo en la acción, o, mejor dicho, dejar que este plan divino me encuentre a mí en la libertad y la voluntad de mis acciones, de manera que a través de ellas pueda colaborar con la voluntad de Dios y su propósito último.
Dios nos ama infinitamente, pero lo más importante es que nos dio la dignidad, a través de la libertad y voluntad para corresponderle en su amor. Es por eso que no hay misión de vida que no lleve intrínsecas las acciones de amor y servicio hacia el prójimo.
A través de la Providencia Divina, Dios cuida del mundo y de todas sus criaturas, no sólo de aquellos que lo buscan y le aman. Él se sirve de cada uno de nosotros para obrar también en los planes de vida de otros y es así que integra su plan divino con nuestro plan personal.
La fe en la Divina Providencia y el plan de Dios para nuestra vida es tener claro que Dios no nos lanzó al mundo simplemente a ser, tener o hacer, sino que, además de todo el cuidará siempre de nosotros y guiará nuestros pasos hacia un bien mayor. Esta confianza no anula el que nosotros debamos desarrollar nuestros dones y talentos, sin embargo, nos da la paz de sabernos amados y capaces en Aquel que nos conforta.
“¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer”. Mateo 6, 27-28
El nuevo Evangeliario Dominical y Festivo busca seguir fomentando que la Palabra proclamada en las…
Descubre qué es el catecumenado en la Iglesia católica, sus etapas, duración, sacramentos que recibe…
La enseñanza del Papa León es que ser provida no se limita a una sola…
“Jesús, Luz del Mundo”, la nueva película animada sobre la vida de Jesús, tocó corazones…
No se trata de ser “verdes”, sino de descubrir como comunidad el significado de la…
La fiesta nacional es la proclamación de la libertad e identidad de todos los habitantes…