En el futbol, cuando hay una jugada polémica, el árbitro principal tiene la facultad de consultar al VAR (Video Assistant Referee), es decir a mirar una pantalla para corroborar o corregir una decisión. Cuando lo hace, los jugadores y toda la afición esperan la resolución con ansiedad. Esos instantes se hacen eternos, todo está sujeto a la percepción, a la subjetividad.

Aquella jugada que no fue fácil mirar en tiempo real, ahora se mira, una y otra vez. Ya tomada la decisión, el silbante la comunica a todos en el estadio y dependiendo de que lado, se desatan los comentarios, las rechiflas o los aplausos.

Te comparto esta situación futbolera porque ante los sismos que experimentamos esta semana, hemos recreado una especie de VAR en nuestras mentes y en nuestra existencia. Cada que sentimos el movimiento del piso, de las lámparas o del agua de la pecera inmediatamente se enciende en nosotros los recuerdos de otros momentos vividos, que algunos ya lo tienen asimilados y parecen tener la situación bajo control, otros lo tienen a flor de piel y evocan el miedo, el llanto y la desesperación.

Cuando salimos a la calle, seguimos reproduciendo las imágenes, como en el VAR, las compartimos con quien nos tocó estar, revivimos todos los detalles que en ese momento vivimos o aquellos que nos marcaron en un sismo anterior. 

Las alarmas volverán a sonar, bien en un simulacro, en pruebas de audio o en un sismo real. ¿qué van a disparar en nuestro ser? Una compañera del trabajo nos decía: “¡qué oso haber llorado con este sismo! Es que en el 85 perdí a mis hermanos”. Seguimos aprendiendo a cuidarnos entre todos, a acompañar en esos instantes que duran una eternidad; a refugiarnos en lugares seguros y a ofrecer escucha que sirva de contención para los demás; a compartir un bolillo o una taza de té incluso aunque no haya un temblor.

Seamos portadores de paz cuando vayamos al “VAR” del sismo, cuando se cuente una y otra vez lo sucedido pongamos en manos de Dios nuestros recuerdos, nuestro presente y nuestra esperanza.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

 

Abraham Flores

Educador. Casado y padre de tres hijos. Ingeniero químico con estudios de filosofía, antropología, teología e impro teatral. Desarrollador de procesos creativos para empresas, instituciones (eclesiales y gubernamentales), organizaciones de la sociedad civil. Evaluador de proyectos de inversión y consultor en procesos de desarrollo del cliente. Flp 4,13.

Entradas recientes

¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…

11 horas hace

Evangelio y lecturas de la Misa del II Domingo de Adviento 2024

“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…

17 horas hace

La salvación y el Año Jubilar 2025

El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…

18 horas hace

Historia del aborto: de Margaret Sanger al feminismo contemporáneo

Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…

1 día hace

Para servirle

‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…

1 día hace

Exposición en féretro y sin 3 ataúdes: Vaticano aprueba nuevas reglas para los funerales papales

El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…

1 día hace

Esta web usa cookies.