Categorías: Columna invitada

El medio ambiente necesita a los jóvenes mexicanos

Se ha vuelto cada vez más común hablar sobre los impactos en el medio ambiente a causa de la actividad humana, estos temas han pasado de ser expuestos en congresos y foros especializados, a convertirse en una plática de sobremesa en los hogares mexicanos.

No es novedad que toda acción humana genera una modificación al ambiente, sin embargo, la explotación intensiva de los recursos y el consumo excesivo de productos han agravado el impacto a tal grado que este podría ser irreversible. Aunado a esto, surgen modas o tendencias que se venden como verdes, siendo que su impacto ambiental por el contrario a lo que se podría pensar, es más alto.

La conciencia sobre el impacto al ambiente y la necesidad de una respuesta han hecho que un gran sector de la sociedad se vuelva proactivo a realizar modificaciones a sus hábitos para disminuir su impacto, sin embargo, la desinformación; intencionada o no, los llevan a hábitos con mayor impacto. Por ejemplo, la moda del consumo de alimentos “orgánicos” genera un mayor impacto ambiental, ya que el uso de recursos para este tipo de agricultura es más intensivo.

La sustitución de plásticos por productos de fuentes “sustentables” ha generado un mayor impacto en huella hídrica (la cantidad de agua necesaria para la fabricación de un producto). Así pues, el impacto de estas acciones es meramente mediático, ya que la disminución en la contaminación a corto plazo representa entre el 1% y el 2.2%, y a largo plazo, la disminución es negativa y roza tasas del -4%, es decir, a largo plazo contaminamos más.

Justamente por estas razones es imperioso que los jóvenes tomemos parte en la acción climática y romper paradigmas que no nos permiten progresar como una sociedad funcional con el medio ambiente y debemos partir por informarnos en fuentes confiables. Una vez informados, debemos realizar acciones que estén dentro de nuestras posibilidades con el fin de mitigar el cambio climático. Acciones tan simples como dejar de consumir carnes rojas una vez a la semana, que tienen un impacto positivo cientos de veces mayor que el no consumir popotes.

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Estas y otras razones, nos llevaron al equipo de Rennueva y a mí a buscar realizar algo que tuviera un impacto real en el medio ambiente y en nuestra sociedad. Fue en 2014 cuando vislumbramos la necesidad de crear una tecnología que permitiera reciclar de forma eficiente los residuos de unicel, para así se pudieran valorizar y tuvieran un mejor manejo y crearan nuevos empleos.

Iniciamos por investigar todo acerca de este material y nos percatamos que, por cada artículo de carácter técnico, existían más de 10 con información de opinión o tendenciosos, que alejan al lector de la realidad. Posteriormente realizamos estudios en el material y nos dimos cuenta que era tan solo un plástico más, con utilidades específicas y que se podía aprovechar igual que se aprovechan los demás plásticos.

Después vino la parte de ingeniería, en la cuál después de un año, llegamos a un prototipo que reciclaba de forma eficiente el material; en ese momento nos dimos cuenta que nuestra misión era implementar tecnologías para disminuir el impacto al medio ambiente.

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Al día de hoy, estamos en la cuarta generación de nuestra tecnología, que permite disminuir hasta 78% el impacto al ambiente por el mal manejo de plásticos y que nos permite sustituir materias primas vírgenes, haciendo que este material, se vuelva en uno que puede ser parte de una economía circular.

Nosotros somos solo un caso de jóvenes que han emprendido acciones para disminuir el impacto al ambiente, pero a lo largo de estos 5 años, nos hemos encontrado con muchos otros jóvenes que desde su campo de especialidad o simplemente con la iniciativa de hacer algo por el ambiente, se encuentran realizando grandes cambios que favorecerán el desarrollo sustentable de México.

Este es pues, un llamado a los jóvenes a la acción, si bien somos capaces de hacer grandes cosas, también podemos hacer cosas muy sencillas que tendrán un beneficio ambiental muy grande y la más importante de ellas es informarnos correctamente del impacto que tienen nuestras acciones, para así hacer un consumo responsable y disminuir los efectos adversos del cambio climático.

Es ingeniero mecánico por la UNAM y fundador de Rennueva, startup que recicla el unicel, material que por años los ambientalistas consideraron que no podía ser reciclado de forma no dañina.

Héctor Ortiz

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