Para Ofelia, la felicidad era imposible. La mujer buscó terapia después de cuatro meses con un alto consumo de alcohol. Comenzó a tomar todos los días luego de enterarse que su pareja le era infiel, y al poco tiempo del fallecimiento de su padre.
Sentía que la desgracia y la soledad le perseguían. Con apoyo psicológico, reconoció que tenía depresión, encontró herramientas para enfrentarla y vio una pequeña luz en medio de la profunda tristeza.
Este domingo es el Día de la Felicidad. Es más que una emoción, es un estado en el que disfrutamos la vida, quiénes somos y lo que hacemos.
Uno de nuestros errores es pensar que llegará hasta donde estamos sin ningún esfuerzo o sin ayuda de nadie. Para alcanzarla, debe haber un trabajo constante en el que no estamos solas ni solos. Necesitamos de la intervención de la comunidad para fortalecer nuestra fe y estabilidad emocional.
El próximo mes celebramos a San Felipe Neri, “El santo más feliz de Dios”. Hay una anécdota que representa muy bien su personalidad:
Cuando era sacerdote, reía a carcajadas al leer un libro de chistes. Alguien lo reprendió y le pidió guardar las formas. San Felipe respondió: “La tristeza nos hace doblar el cuello y no nos permite mirar al cielo. Debemos combatir la tristeza, no la alegría”.
Desde la perspectiva del sacerdote, la virtud y la risa caminan juntas. Todas y todos podemos ayudar a los demás si contagiamos nuestra alegría y la palabra del Evangelio.
Además, es necesario que combatamos cinco obstáculos de la alegría: la indiferencia, ingratitud, tibieza, pereza espiritual y el alejamiento de Dios.
Es decir, con atención, el reconocimiento de nuestras posibilidades, con energía, acción y amor podemos sentirnos mejor con nosotros mismos y nuestro prójimo.
En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México estamos para contribuir al bienestar de las y los demás. Acercamos nuestro apoyo psicológico gratuito a personas de todo el país, a través de nuestra Línea de Seguridad o nuestro Chat de Confianza 55 5533-5533. Ayudamos a reconocer las emociones y a encontrar alternativas para quien está en una situación vulnerable, como en el caso de Ofelia.
Si hay algo que te afecta y no sabes cómo resolverlo, si no te sientes feliz o te sientes sola y solo, recuerda que hay toda una red que puede escucharte y brindarte una palabra de aliento, de fortaleza. Sigamos construyendo, en comunidad, el camino a la felicidad.
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