Hace años, cuando una vecina llegó y vio que mis hijos (cuatro varones aún muy pequeños) estaban ayudando al arreglo de la casa, muy molesta intentó darme un consejo desatinado: “no los pongas a hacer esas cosas, cuando se casen van a hacer muy floja a su mujer”.
Sinceramente nunca me había detenido a pensar en lo que entonces me parecía un futuro muy lejano, pero la vecina me provocó la idea de imaginarlos compartiendo las responsabilidades con su esposa, cocinando, lavando platos, o barriendo; me pareció un objetivo muy positivo en su formación y le agradecí la observación.
Ella se marchó molesta y yo me quedé feliz; después de todo, yo crecí en una familia en la que los hombres hacían solo trabajos rudos y las mujeres colaborábamos con mamá en todas las demás tareas del hogar. Una mujer debía prepararse para el matrimonio de tal manera que, si tenía ayuda sabría “dirigir” y si no la tenía, tendría que saber hacer las cosas.
“Mi hija es muy mujer” decía mi tía porque mi prima iniciaba el día a las cinco de la mañana y además de tener una casa impecable, tejía, bordaba, hacía postres deliciosos y estaba siempre atenta a su marido. Aunque internamente esas situaciones inequitativas y la forma de valorar a una mujer me provocaban rebeldía, nunca lo manifesté porque simplemente las cosas eran así en una familia tradicional y con “valores” de aquellos tiempos.
Vivimos ya un cambio de época la problemática social a la que nos enfrentamos y se manifiesta en los altos índices de violencia, podrá combatirse desde el seno de la familia, educando a los hijos con una visión de equidad y de justicia, rompiendo con patrones de conducta que hoy resultan nocivos y han dañado tanto a las mujeres, pero también a los hombres y a los niños. No se trata de una visión de ideología de género, sino de una realidad lastimosa que exige soluciones desde el hogar
¿Qué pueden hacer los padres de familia?, aquí te dejo algunos consejos:
Rompe con los estereotipos, una mujer no será más o menos femenina si le gusta tejer o prefiere la ingeniería mecánica. Un hombre no será más o menos hombre si muestra sus sentimientos, si expresa tristeza o llora, si pide necesita un abrazo.
El Papa Francisco nos dice que “La educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia” Educar desde la familia es sembrar la semilla y echar raíces para un mejor futuro.
“Si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia”. (Sta. Teresa de Calcuta)
Otros artículos de la autora: La violencia es un moho en la familia ¡Parémosla!
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