Cada año, incluso antes de la pandemia por Covid-19, dedicamos un tiempo para resguardarnos en casa, reflexionar y renovarnos: la Cuaresma. Con el Miércoles de Ceniza, este 17 de febrero, comenzó el tiempo que nos recuerda la fortaleza contra las tentaciones que ponen en riesgo nuestra seguridad, nuestra salud mental y hasta la fe.
En 2020 y los primeros dos meses de 2021 hemos vivido en cuarentena, con altas y bajas que han puesto a prueba nuestra estabilidad financiera, convivencia familiar, solidaridad y el cuidado de los otros.
En los próximos 40 días y, quizá durante varias semanas más, tanto adultos mayores como personas de todas las edades tendrán que mantenerse en aislamiento, con estricto apego a las medidas sanitarias recomendadas.
La diferencia, en esta Cuaresma, es que podemos dedicar un tiempo a reconocer qué actividades nos aportan tranquilidad y qué hemos hecho bien o no tanto para proteger a nuestra comunidad. Aprovechemos también para reconocer los momentos en nuestro hogar que nos hacen felices, que contribuyen a llevarnos mejor con nuestros hijos.
En la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533-5533 del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México entre el 2020 y febrero del 2021 atendimos 33 mil 496 personas por contención emocional, mil 174 solo en este mes. Los temas más recurrentes son problemas familiares, en la pareja, depresión y fatiga pandémica, es decir, el agotamiento causado por el confinamiento.
“Guardarnos” en estos días no será más sencillo que en años anteriores, pese a la especie de práctica o habilidad que hemos desarrollado en más de 11 meses de pandemia. Por nosotros mismos, por nuestro autocuidado espiritual, mental y de salud, tendremos que desarrollar más aptitudes y hacer algunos sacrificios por nuestro bienestar.
Ya hemos demostrado responsabilidad en otras fechas relevantes, por ejemplo, el 12 de diciembre, donde sustituimos la peregrinación por la Misa en línea; Navidad, que limitamos nuestra visita a la familia, e incluso este Miércoles de Ceniza en el que recibimos nuestra porción y nos la colocamos nosotros mismos, con la misma devoción que si nos hubieran puesto la cruz en la frente.
También hemos probado que somos solidarios. Durante el proceso de vacunación en la Ciudad de México respetamos las fechas, los horarios y el cuidado de las personas adultas mayores. Y logramos bajar la curva de hospitalizaciones mucho más de lo esperado y eso nos llevó a volver al semáforo naranja desde hace una semana.
Hemos hecho esfuerzos enormes. Reconozcamos ese valor y ese empeño también en esta Cuaresma. Sigamos respetando el llamado de “Quédate en casa”.
Recordemos, por otro lado, lo que podemos mejorar y no descuidemos la prevención ni el autocuidado emocional. Continuemos con nuestro compromiso y no bajemos la guardia. Cada vez estamos más cerca de salir de ésta.
Puedes leer: Cuaresma o ‘tiempo en el desierto’
*Salvador Guerrero Chiprés (@guerrerochipres) es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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