El Seminario que impartió recientemente el INAH en coordinación con el Cabildo de la Catedral Metropolitana, sobre las plagas que la que afectan, nos dejan diversas y variadas enseñanzas:
1. Debemos conocer nuestros inmuebles religiosos y de culto, con todo lo que contienen, para así poder atenderlos en su conservación en un estado digno, dándoles un mantenimiento y cuidados preventivos.
2. Los cuidados y el mantenimiento deben ser permanentes; estar atentos a prevenir y evitar daños mayores.
3. Muchos de los daños que tiene nuestro patrimonio se deben al paso de los años, el descuido y desinterés, la confusión de quién y cómo deben atenderse y, el problema de la economía.
4. Los bienes patrimoniales e históricos necesitan un estudio y asesoramiento de parte de especialistas en diversas materias: historiadores, restauradores, arquitectos, biólogos, químicos, liturgos, artistas, etc. Según los casos. No sólo las buenas intenciones.
5. Descubrimos que en la intervención de cualquier bien patrimonial hay muchas instancias involucradas, muy especializadas para la atención y asesoría -tanto para los bienes inmuebles y los bienes muebles-, preocupados y atentos a la conservación de nuestro patrimonio.
6. Aprendimos que la responsabilidad por prevenir daños y mantener con dignidad los templos y monumentos es trabajo de todos. Tanto las instancias de gobierno –federales y locales-, las iglesias –diocesanas y parroquiales-, de la mano de las comunidades locales e instituciones no gubernamentales preocupadas del patrimonio, podemos hacer mucho, si trabajamos juntos y dejamos de ignorarnos, incluso dejamos de pelear competencias, podemos lograr mucho.
7. Algo que resonó muy fuerte, y lo vivimos en la realidad, es la indiferencia, el descuido y la ignorancia por preservar y dar el valor a nuestra riqueza artística e histórica, buscando el dignificar lo que ya tenemos y que no queremos que se pierda; queremos que perdure, pues es bien de la Iglesia, de la nación y del mundo.
8. Muchas de las plagas que dañan nuestros monumentos se deben al no saber cómo y cuándo atenderlas a tiempo, otras veces las atendemos mal y, otras simplemente las dejamos ahí dañando.
9. Necesario diagnosticar a tiempo lo que pudiera ser dañino, revisar periódicamente que no haya nada que pudiera, a la larga, generar daños irreparables. Ser observadores y buscar buenas soluciones; mucho se insistió, hay que recurrir a las instancias conocedoras y especializadas en la materia, para asesoramiento y guía.
10. Nos enseña que debemos dialogar todas las instancias y proponer caminos viables para atender la conservación de todos los bienes patrimoniales, evitando egos y protagonismos, para buscar soluciones y asumir cada uno la responsabilidad que nos toca.
11. Nos dimos cuenta que unos y otros no nos conocemos, lo que a cada uno le toca y los alcances que podemos tener. Conocernos más, para enriquecernos; salió una frase “nadie es todólogo, todos necesitamos de los demás”.
12. Tenemos que hacer un pequeño catálogo de referencia, de a qué instancia dirigirnos y para qué.
13. El INAH tiene dos grandes Coordinaciones, Monumentos Históricos y Conservación del Patrimonio, con múltiples dependencias internas. Sitios y Monumentos, dependiente, también de Secretaría de Cultura Federal. En CDMX, la Secretaría de Cultura, el Fideicomiso del Centro Histórico, etc.
14. En la Arquidiócesis de México, la Diócesis de Iztapalapa, la Diócesis de Azcapotzalco y la Diócesis de Xochimilco, se tiene un encargado de Bienes Culturales y Arte Sacro, para atender, acompañar y asesorar, incluso normar, sobre Cuidado y Conservación del Patrimonio encomendado a nuestra Iglesia.
15. Para encargados de templos y comunidades de fieles, es necesario recurrir por ayuda y asesoría a las instancias eclesiales y de cultura.
16. Debemos tener una conciencia continua y periódica del mantenimiento preventivo, que es la mejor forma de conservar.
Muchas más enseñanzas y aprendizajes se encuentran en los siguientes artículos.
Vamos en el camino de valorar nuestra herencia religiosa y cultural; vamos descubriendo caminos para cuidar y mantener dignamente los espacios de reunión de los fieles en el encuentro con el Dios vivo.
El P. Salvador Barba es el enlace para la Reconstrucción de los Templos de la Arquidiócesis Primada de México y Director de la Dimensión de Bienes Culturales de la misma Arquidiócesis.
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