Para la comunidad católica, los sacerdotes no sólo representan una autoridad, son unificadores y edificadores; cohesionan a los feligreses, les guían, apoyan en los momentos más vulnerables y construyen estrategias para mantener los templos en buen estado físico y espiritual.
La gran mayoría se gana la admiración, respeto y cariño de colonias, barrios y poblaciones completas.
Sin embargo, ellos también están expuestos a ser víctimas de delincuentes, en específico, de quienes se dedican al fraude y a la extorsión.
Es fundamental, entonces, hacer un llamado colectivo. Así como los “pastores” nos conducen, protegen e interceden por nosotros, la comunidad debe unirse por su seguridad.
En diciembre de 2021, Mons. Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey, denunció en Twitter intentos de extorsión usando su nombre.
Los criminales mandaban mensajes desde su WhatsApp, que hackearon, para obtener dinero de sus contactos, con el pretexto de cubrir los gastos de salud por una supuesta enfermedad.
Al poco tiempo, padres en entidades con alta incidencia delictiva, como Veracruz, Guerrero y Michoacán, relataron situaciones similares.
Ante ello, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro, realizó una alerta para cuidar la integridad y patrimonio eclesiástico, pero también para evitar que los delincuentes engañen y se aprovechen de las personas.
En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, organismo que articula a distintos sectores de la sociedad, para fortalecer la seguridad y la cultura cívica, tuvimos una reunión con Monseñor Castro Castro.
Es momento de sumar esfuerzos para orientar a los religiosos y a la feligresía sobre la forma de actuar y reconocer los modus operandi de extorsionadores, además de fomentar la denuncia confidencial.
En 2021, en el organismo recibimos, por llamada a la Línea de Seguridad y por WhatsApp al Chat de Confianza 55 5533-5533, cerca de 25 mil reportes de extorsión de todo el país.
Brindamos orientación jurídica y recomendaciones para evitar caer en el delito: uno colgar, en el caso de llamada, y no responder en caso de mensaje; dos, verificar la información antes de darla como real, y tres, denunciar.
Este servicio está abierto a sacerdotes, obispos, arzobispos y a la comunidad en general. Además de nuestra app “No más extorsiones”, que alerta cuando llaman desde más de 189 mil números relacionados con estos ilícitos.
El objetivo es contribuir a la fortaleza espiritual, con información, prevención y un canal para reportar. Trabajamos de la mano por el bienestar, la tranquilidad y la paz de todas y todos. Juntas, ciudadanía e Iglesia, combatimos la extorsión.
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