En la vista del vienes 31 de marzo a Ciudad Juárez se pensó que el presidente López Obrador iría al lugar donde murieron calcinados 39 migrantes y se reuniría con los que ahí se encuentran.
Eso no pasó, pero sí tuvo un evento con miles de Siervos de la Nación, los operadores electorales de los programas sociales del gobiero.
Al no programarse un encuentro oficial del presidente con los migrantes estos, con todo derecho, se acercaron a pedirle los atendiera. Este se negó a bajarse de la camiontea en la que iba y solo tuvo palabra agresivas para quienes se manifestaban exigiendo justicia.
Las acusó, como siempre lo hace cuando no se le adula, de provocadoras y de haber sido enviadas por la gobernadora del Estado. La insensibilidad política y humana del presidente ya se ha mnaifestado en otras tragedias. Nunca ha ido al lugar de los hechos y se ha negado ha reunirse con las víctimas y sus familiares.
Con su actuación se propone minimizar los hechos y sacarlos lo más pronto posible de los medios. Así piensa que no van afectar su imagen, que es lo único que le importa. La reación de los migrantes ante la insensibilidad del presidente al ignorar la situación en la que viven y su dolor ante la tragedia ha sido dura, como debe ser.
Una migrante venezolana, ante la negativa de ser escucha, grita: ¡Presidente, no nos quisiste dar la cara, eres un asesino!”
Otro mirgante dijo: “Quiero que, por favor, el presidente venga y nos dé la cara y nos dé una respuesta concreta de todo lo que pasó, porque él también tiene que ver ahí”. Y añadió: “Él no se puede lavar las manos, como hizo Poncio Pilatos cuando crucificaron a Jesús en la cruz, no puede ser así, por favor”.
El mexicano José Luis Castillo, padre de Esmeralda Castillo, desaparecida desde hace 14 años en Ciudad Juárez, dijo que “el presidente mostró cobardía por no haber atendido a los migrantes”.
López Obrador en su insensible política y humana, que son ya características de su gobieno, visitió la Ciudad Juárez como si en la cárcel que el Instituto Nacional de Migración (INM) no hubieran muerto calcinados 39 migrantes en la celda donde se le tenía.
La política migratoria represiva del actual gobierno es la responsable de la tragedia en Ciudad Juárez y del contínuo maltrato a los migrantes y también de los abusos y vejaciones del personal del INM y de la Guardia Nacional (GN).
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