Al iniciar el año, la mayoría de las personas se plantean propósitos que quieren realizar e impulsan a sus familiares a soñar con lo que les gustaría obtener en un futuro; sin embargo, se les olvida mencionarles que no basta con el deseo, que es necesario trabajar y esforzarse para obtener lo que uno quiere.
El planteamiento de metas y objetivos a corto plazo ayuda a ir generando un proyecto de vida sólido y concreto para sentirse motivados a emprender y realizar acciones habituales o nuevas todos los días.
De esta manera, es importante impulsar a niños y jóvenes a plantearse metas, a elegir qué es lo que más les apasiona y hacerlos reflexionar de cuáles son los pasos a seguir para poder alcanzar aquello que desean.
Es muy importante ayudar a los jóvenes e incluso a algunos adultos, a no confundir el esfuerzo con el capricho o la tenacidad con la terquedad. Esforzarnos por alcanzar una meta implica esperar el tiempo necesario, sortear los obstáculos que van apareciendo en el camino y no claudicar ante la primera dificultad que se presente.
Cuando se trata de un capricho, se busca conseguir lo que se quiere a como dé lugar, sin poner los medios, ni esperar el tiempo propicio; no se toleran las frustraciones y al primer obstáculo se tira la toalla; solo prevalece el deseo de la inmediatez.
En la cultura del esfuerzo se invita a plantearse el qué, el cómo y el cuándo, es decir, para tener un objetivo claro es necesario proyectar una estrategia para conseguirlo, identificar los recursos con los que se cuenta, asumir el esfuerzo que implica y plantear el tiempo que se requiere para lograrlo.
Por esta razón, me gustaría compartir algunos tips que puedes implementar dentro de tu familia para que lleguen a cumplir sus metas a través de la cultura del esfuerzo son:
1. Enseña a tus hijos a ganarse las cosas como resultado del esfuerzo realizado.
2. No condiciones el amor que das y recibes de tu familia a cambio de cosas materiales.
3. Impulsa a tus seres queridos a ser perseverantes aún en los tiempos difíciles.
4. Enséñalos a saber esperar, no les proporciones todo en el momento que lo piden, la paciencia es fundamental para desarrollar una buena tolerancia a la frustración.
Sabemos que el 2021 nos trajo algunos sin sabores, pero también nos llevó a reencontrarnos con nuestra familia, y es ahí, en donde se fomentan los hábitos positivos que a futuro se convertirán en virtudes, porque dentro de la familia, ¡¡está la solución!!
*Mario Romo es Director Nacional de Red Familia
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