Mi mamá, qepd, tenía 3 hermanos y 3 hermanas, y junto con varios amigos solían ir de excursión al campo. Les gustaba subir algún cerro y comer en la cima disfrutando la vista. Uno de los muchachos, que era el más deportista y el de mejor condición física, se echaba al hombro la mochila en la que venían las tortas para todos, y encabezaba la subida. Era su modo de desanimar a quienes se querían quedar a medio camino: si lo hacían se perdían la torta, así que más les valía sacar fuerzas de donde fuera y continuar subiendo. Al final su esfuerzo se veía recompensado, la torta les sabía ‘a gloria’ y la disfrutaban más por habérsela ganado, con el sudor de su frente, literalmente.

Este joven solía exclamar: ‘¡un último esfuerzo, amigos míos, un último esfuerzo!’, para animar a los que se empezaban a rezagar y a los que se veían tentados a darse por vencidos.

Recordaba esto ahora que estamos ya casi finalizando la Cuaresma. El próximo domingo será Domingo de Ramos y empezará la Semana Santa, y a estas alturas tal vez haya quien ya se desanimó porque no vivió la Cuaresma como hubiera querido. Al inicio se hizo muchos y muy buenos propósitos (tal vez demasiados), y ahora en la recta final se da cuenta de que le faltó orar, falló en sus abstinencias y su práctica de la limosna se limitó a deshacerse de una que otra cosita, más por cumplir que por caridad.

Pues bien, si estás en ese caso, ¡no te dejes vencer por el desánimo! Todavía quedan doce días antes de que comience el Triduo Pascual con el Jueves Santo, muy buen tiempo para retomar tus prácticas cuaresmales: tal vez habías pensado dedicar más tiempo a la oración, o incorporar nuevas prácticas, como la Liturgia de las Horas, o el Rosario, o el Viacrucis los viernes. ¡Aún puedes hacerlo! Y lo mismo con relación a aquello de lo que habías decidido abstenerte y el modo como ibas a practicar la limosna, el amor al prójimo. ¡Estás a tiempo de hacerlo!

Dicen que ‘la última impresión es la que cuenta’. No dejes que lo que fallaste antes se vuelva pretexto para seguir fallando. Afirma quienes suelen escalar montañas que lo malo no es caerse, sino quedarse caídos. Así que, pídele al Señor que te ayude, toma la mano que te tiende, levántate de tus tropezones y échale ganas a esta recta final antes de Semana Santa. Verás cómo llegarás a la Pascua con la satisfacción de tener el corazón bien dispuesto para celebrarla. 

¡Un último esfuerzo, amigos míos, un último esfuerzo!

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe

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Alejandra Sosa

Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.

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