Falta poco más de una semana para que inicie la Cuaresma, y así como cuando vas a ir de viaje, probablemente preparas con anticipación y vas metiendo en la maleta ciertas cosas que sabes necesitarás, pues no quieres que se te olvide algo indispensable, así puedes ir preparando tu ‘kit para la Cuaresma’: un paquete de cosas que vas a necesitar durante los 40 días en que estarás viajando a través de la Cuaresma de camino hacia la Pascua. Considera incluir lo siguiente:
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- Misal mensual, sea en papel o en pantalla, para que no te pierdas las bellísimas Lecturas que la Iglesia ofrece en Misa cada día de la Cuaresma.
- Block de notas (sea en papel o en ‘archivo’), para que copies los textos bíblico que te hablen al corazón; y registres cómo vas percibiendo a Dios en tu vida y cómo le vas respondiendo.
- Calendario, con cuadritos para 40 días. Elige un defecto o vicio tuyo que quieras erradicar y trabaja en ello. Practica la virtud contraria, evita tentaciones, y hazle ‘marcaje personal’: cada noche anota en el cuadrito del día, cómo te fue: Desde 0 si caíste, hasta 10 si lograste vencerlo, con la ayuda de Dios. Y ¡persevera!
- Periscopio espiritual (como los que usan los submarinos para ver afuera del agua). Solemos vivir sumergidos en el mar de nuestros propios asuntos. Aprovecha la Cuaresma para prestar atención a tu alrededor, captar las necesidades de otros y atenderlas. Que cada semana -ojalá incluso diario- has algo que consuele, anime, ayude a alguien. Que tu vida y fe en Dios haga una diferencia en la vida de quienes te rodean.
- Estetoscopio espiritual (viene en el mismo estuche del periscopio), para saber escuchar el corazón de las personas difíciles con las que te vas a topar. Úsalo para ver más allá de su apariencia y actitud odiosa, y capta qué les duele, preocupa, angustia, atemoriza. Ora por ellas y anímalas con tu testimonio de fe y amor, a buscar y encontrar en Dios paz y consuelo.
- Una goma imaginaria para borrar de una vez por todas ese mal recuerdo al que le has dado tantas vueltas en tu cabeza y que sólo sirve para reforzar tu rencor contra quien te hizo algún mal. Bórralo, sácalo de tu mente, aprovecha la Cuaresma para deshacerte de ese lastre que te daña.
- Viacrucis (sea en línea o impreso). Para hacerlo los viernes. Puede ser muy simple, sólo enunciar la estación, meditar en lo que trata, y hacer una breve oración. Mejor si lo rezas sosteniendo en tus manos un pequeño crucifijo, para que puedas contemplarlo pensando: “Me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20).
- Lectura cuaresmal. Muchos autores publican textos diarios para la Cuaresma (impresos y en línea) que suelen incluir una breve meditación y una propuesta para aterrizar lo meditado en una acción o actitud concreta. Serán de gran ayuda para tu crecimiento espiritual.
- Libreta de direcciones. Alguien dirá: ¿qué es eso? Es una reliquia del siglo pasado que de seguro tienen tus familiares mayores. Están ahí anotados números de parientes y amigos que ya nadie incluyó en sus ‘contactos’ del celular: un tío ancianito, una maestra, unos vecinos que tal vez están solos o enfermos. Agradecerían mucho que les llames para ver cómo están y platicar. Es la ‘oreja terapia’ que recomendaba el Papa. Una gran obra de caridad.
- Álbum de fotos. De nuevo alguien dirá: ¿qué es eso? Un libro en el que se pegaban fotos de papel, antes de que la gente las guardara en el celular. Ahí encontrarás fotos de parientes y amigos ya fallecidos. Reza por su eterno descanso, manda decir una Misa por ellos.
- Una alcancía, para ir depositando el dinero que vas a ahorrar por no comprar aquello de lo que vas a ayunar y te vas a abstener. Al final puedes donarlo a quien más pueda necesitarlo.
- Caja grande, para ir metiendo lo que vas a donar cada semana: ropa en buen estado, enseres domésticos, juguetes, etc. para compartir lo que tienes, no sólo lo que te sobre, con quien pueda aprovecharlo.
- El punto trece está de momento vacío porque depende de ti. ¿Qué más se te ocurre incluir?