AYER: En la genética de todo ser vivo está inscrito el instinto de supervivencia, de luchar por la vida, de conservar la propia especie; en plantas y animales los sistemas de ataque o defensa se orientan sobrevivir. En el “homo sapiens” la diferencia estriba en que utiliza su inteligencia y perfecciona su experiencia. Se podría justificar –ilusoriamente- el fenómeno de las guerras como un mecanismo de defensa, pero desde la prehistoria constatamos que el auténtico progreso humano se dio y creció cuando se fomentó la paz en sus diversas facetas: la asociación tribal, la organización para obtener recursos, la colaboración para enfrentar adversidades. La paz construye, la guerra destruye.

HOY: No solo en Medio Oriente se están disparando armas. Y las armas no son los únicos artefactos de las guerras. Las descalificaciones mutuas entre políticos, las competencias desleales entre comerciantes, la voracidad de empresarios, la mentira difundida en medios de comunicación, la escondida contaminación que todos fomentamos, son también una guerra contra nosotros mismos. Si descendemos al plano doméstico y vecinal, constataremos que rápido nos enfrascamos en guerras sin sentido, como si el objetivo fuera aniquilarnos lenta y totalmente.

SIEMPRE: Estoy cierto que nunca llegaremos a la paz total y definitiva y mi afirmación no descansa en el pesimismo, sino en constatar que la paz es una construcción que siempre se renueva, que siempre tendrá nuevos retos. De ahí que –lejos de desalentarnos- hemos de estar atentos a seguir sembrando los deseos y acciones que favorezcan la paz. Si buscamos que la educación no se quede en aprendizaje de datos y acumulación de habilidades, sino en cultivo de ideales, o cuando realizamos el trabajo como servicio al bien común y no solo como medio para tener una ganancia, estaremos trabajando por la paz. Si nuestra vida de fe se orienta al servicio y no se queda solo en devoción, si en la vida política buscamos más coincidencias que rivalidades, o si en la vida personal abrimos el horizonte a los demás, entonces seguiremos construyendo la paz. Que nadie se canse buscando la paz.

P. Eduardo Lozano

Compartir
Publicado por
P. Eduardo Lozano

Entradas recientes

El Papa León XIV hace un llamado para romper el muro de la soledad que viven los pobres

En la Jornada Mundial de los Pobres, el Papa León XIV llamó a romper la…

1 día hace

Acompañar, escuchar, orar: un camino de esperanza frente al suicidio

Aunque hablar del suicidio es difícil, la oración y el acompañamiento comunitario revelan una verdad…

2 días hace

Extorsión en la Ciudad de México

Los datos muestran que en la Ciudad de México el aumento de las extorsiones superan…

2 días hace

Dios escucha al hombre

La marcha de ayer no es voz de uno o de dos, es voz quienes…

2 días hace

El Papa León XIV se reúne con actores y define al cine como “laboratorio de esperanza”

El Vaticano abrió sus puertas a actores y directores en un encuentro único con el…

2 días hace

“Mi madre y yo”, la película de prime que celebra la maternidad, el perdón y el “sí” por la vida

La película Mi madre y yo presenta historias de mujeres que eligen la vida y…

3 días hace