Ayer, hoy y siempre

El equilibrio entre fe cálida y estructura humana

AYER: Las primeras comunidades cristianas estaban lejos de imaginar el futuro de lo que vivían con tanta entrega y emoción. Su día a día estaba marcado por enorme compromiso e intenso participación. Ni catedrales, ni procesiones, ni un extenso santoral o multitud de normas y tradiciones que se han acumulado con los siglos, entraban en su horizonte. Vivían un sabroso e intenso presente. El peso y cercanía de la predicación apostólica les impulsaba a mantener alta la cabeza y firme el corazón. Acaso una expectativa gozosa, y no más, les incendiaba el corazón y lo expresaban diciendo: ¡Maran athá!, ¡Ven, Señor!

HOY: Hemos construido las cosas que pedimos tales documentos y este o aquel curso para la celebración del sacramento; nos esmeramos preparando la fiesta parroquial con kermesse, adornos y liturgias rimbombantes; en planes y sistemas de pastoral invertimos horas, días, documentos, esquemas que nos parecen interminables; y en eso de jerarquías y dignidades no solo clérigos, también los laicos se ven contagiados de una nomenclatura y catalogación más propios de burocracia que de evangelio. Así somos: muy humanos.

SIEMPRE: Tiempos y circunstancias son diversos pero el espíritu ha de mantenerse el mismo. No podemos quedarnos anclados añorando el pasado y repitiendo –anquilosados- lo que otro tiempo fue. Sanamente hemos de asumir tecnologías, métodos y facilidades actuales sin perder de vista lo esencial, es decir, la construcción una comunidad de fe, signo y presencia del Reino de Dios, una familia amplia que no se limite a vínculos de sangre ni a simpatías socio-culturales. Si dejamos paso libre a la masificación perderemos la dulzura del encuentro humano. Si miramos con cuidado, Jesús atendía a las multitudes, pero reservaba tiempo y espacio para su círculo más cercano. Ojalá unos y otros logremos un equilibrio entre fe cálida y estructura humana, de modo que no nos coma lo funcional ni nos desarme lo meramente emotivo y superficial. El calor de lo primitivo y la oportunidad de lo actual.

P. Eduardo Lozano

Compartir
Publicado por
P. Eduardo Lozano

Entradas recientes

¿Es congruente ser cristiano y vivir deprimido?

El cristiano tiende a la alegría porque se sabe amado, escuchado y perdonado por Dios……

4 horas hace

Música contra la violencia

Ciudades como Los Ángeles o Nueva York han empleado hip hop y rap para reducir…

8 horas hace

¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…

1 día hace

Evangelio y lecturas de la Misa del II Domingo de Adviento 2024

“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…

2 días hace

La salvación y el Año Jubilar 2025

El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…

2 días hace

Historia del aborto: de Margaret Sanger al feminismo contemporáneo

Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…

2 días hace

Esta web usa cookies.