DOS PREGUNTAS a título personal son las que quiero enunciar y plantearte -amable lector- que tal vez te fastidien la noche, la tarde o el día completo (según la hora en que me estés leyendo), pero bien puedes ignorarlas y rápido pasar a otro artículo de este semanario; sin embargo -y como tú comprenderás- albergo la absoluta certeza que terminarás de leer, si no ya por fidelidad a esta columna, al menos por la bendita curiosidad que a grandes ratos parece malvada…
FORMULARÉ LA PRIMERA y te ruego que no me la tomes en contra de ti ni de nadie, más bien a favor tuyo y de quien se la pueda aplicar, que a fin de cuentas esta columna no tiene finalidad lesiva ni gansteril, mucho menos pretende fastidiar a quién más allá de unos pocos instantes; y la planteo en tono hipotético y como si te tuviera frente a mí, en vivo y a todo color…
¿QUÉ TAN BIEN he de estar si cuanto hay y sucede a mi alrededor lo califico y juzgo como negativo, incompleto, desatinado, mal, poco serio, superficial, palurdo, inútil, soez y hasta digo que no sirve para nada, que cómo carambas se les pudo ocurrir, que eso contradice a la experiencia, que de ahí no se sacará ventaja, que puras fallas, que mejor ni lo menciones, que está plagado de error, herejía, grosera exageración, y que todo eso ofende hasta el buen y refinado gusto más elemental???…
POR MUCHO MENOS de lo dicho, Santiago y Juan -discípulos de Jesús- pretendieron aniquilar con “fuego del cielo” a quienes les negaron hospedaje en Samaria (Lc 9, 52-54), y la respuesta de Jesús -¡siempre rebasando la altura de las circunstancias!- fue contundente reprendiendo a sus discípulos y encaminándose a otra aldea…
LA REALIDAD Y LOS QUE en ella habitamos somos variopintos: de chile, de verde, de rojo, de mole, de frijol, de dulce y algunos hasta desabridos, de modo que si todo lo juzgo como malo, incompleto y deficiente, lo más probable es que necesite un psicoterapeuta o un psiquiatra: el que está mal -sencillamente- soy yo…
Y AHÍ ANDAN -a sus anchas y quitados de la pena- quienes opinan y juzgan que ya nos llevó el tren, que nos cargó el payaso, que solo se nos va la vida en meter la pata (¡más que fastidiar luego causan más lástima de lo que lastiman!); no, por ahora ya nos les hago eco…
LA SEGUNDA PREGUNTA la formularé como en efecto espejo, equidistante pero en sentido inverso a la primera, y aquí la tienes: ¿qué tan BIEN he de estar si cuanto hay y sucede a mi alrededor lo califico y juzgo como positivo, bello, hermoso, perfecto, genial, exacto, y hasta me atrevo a darle “like”, a buscar que todo México se entere, y a proponerlo como pócima universal para remediar y poner fin a todos los achaques, y cómo no lo habían pensado antes, pero qué bueno que ya lo tenemos ahí, de modo que todo será como quinta transformación, que por fin llegó la solución a tanta deficiencia???: ¡uf!, ¡¡¡qué bien está todo y no podríamos estar mejor!!!…
TRAIGO A TU MEMORIA otro pasaje del Evangelio: la escena es en el monte Tabor y a los discípulos anteriores se les suma Pedro (Mc 9, 2-10) que luego de la transfiguración de Jesús, solo atina decir: “¡Qué bueno es quedarnos aquí: hagamos tres chozas!”; nos ayuda enormemente la claridad del evangelio que subraya diciendo: estaban espantados y no sabían lo que decían…
EN EFECTO: AHÍ ANDAN -en más vastas anchuras y con mayor ausencia de penas- quienes en tono irenista y bonachón, quienes suavizando la manteca y endulzando la melcocha todo lo juzgan en todo de rosa-talco, en aroma de ricitos de oro; peor se pone el horizonte cuando su opinión conserva el centro de su propio actuar, como si por decirlo o sugerirlo ellos mismos, ya trajera la garantía de la perfección; ¡Dios me libre siquiera de imaginar lo que cantaba el divo de Juárez: “todo lo haces muy bien tú, ser muy bueno es tu virtud!”, de plano el que estaría muy mal sería yo mismo…
UN MUNDO DE ENSUEÑO ya no aparece ni en los cuentos de hadas y princesas con sus princesos (perdón, pero ya salen tan de merengue que ni merecen título de “príncipes”); y repito que la realidad está llena de logros y fallas, unos y otros en diverso nivel e intensidad, de ahí que nos urge un buen umbral de aceptación que no se reduzca a la tolerancia, y una capacidad crítica que no se quede en mera criticonería; parafraseando a San Pablo podríamos decir: en el barro de esta vasija que somos, hemos de disponernos a conversar tesoros invaluables…
SI LOGRÉ MI OBJETIVO de fastidiarte el resto de la jornada, ahora acepta un linimento saludable, uno que nos devuelva a la realidad de todos los días, a constatar que somos de carne y hueso, que nos devuelva la identidad de peregrinos en este mundo avanzando entre luces y sombras, más de día si es que está nublado y no llueve, y más de noche si nos acompaña la Luna y no hay riesgo de tantas fieras…
Y COMO TAREA EN CASA vuelve a revisar y valorar que tu cónyuge, que tus hijos, que tus amigos, que tus vecinos -y todos los que se cruzan en tu vida-, tendremos tantos aciertos y tantos riesgos, tantos momentos luminosos como tremendas tinieblas que han de ceder ante la más pequeña luz; ¡exacto!, se trata de encender una pequeña luz, en eso sigamos…
angelusdominical@yahoo.com.mx
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