La Virgen de la Dulce Espera es una advocación que representa el momento en el que la Virgen María se encuentra embarazada, por lo que se la asocia con el Adviento o espera de la Natividad de Jesús y la esperanza de un nuevo comienzo, razón por la que se le conoce también como la Virgen de la Esperanza.
En la última semana, la devoción a la Virgen de la Dulce Espera ha captado la atención de los medios, gracias a que Ángela Aguilar, cantante de música regional mexicana, compartió una fotografía en redes sociales en la que lleva una medalla de esta advocación.
Recientemente, la joven de 20 años se casó con Christian Nodal en la Hacienda San Gabriel de las Palmas, un lugar que en 1558 fue abandonado por algunos misioneros franciscanos. La aparición de la medalla ha generado especulaciones sobre un posible embarazo, ya que muchos creen que podría ser una señal de que la pareja está esperando un hijo.
La Devoción a Nuestra Señora de la Dulce Espera tiene muchos siglos de existencia, se cree que inició desde el siglo V, por lo que se le ubica como una de las primeras imágenes de culto que se generó dentro de la devoción cristiana.
La medalla de la Virgen de la Dulce Espera es un sacramental que las mujeres embarazadas usan para pedir su protección, sabiduría y la capacidad de orar y tener fe para enfrentar el milagro que representa el embarazo.
La Virgen de la Dulce Espera simboliza mucho más que la espera de un hijo. Representa la esperanza en la vida y la confianza en que el embarazo y el parto se desarrollen de manera saludable. Se le pide ayuda no solo a mujeres embarazadas, sino también a aquellas que tienen dificultades para concebir y a parejas que buscan adoptar.
Cada 15 de mayo se conmemora el Día de la Virgen de la Dulce Espera, advocación de la Virgen María embarazada, Patrona de las madres que esperan un hijo. En esta fecha y durante todo el año, mujeres y parejas se encomiendan a la Virgen para obtener no solo el milagro del embarazo, sino también para que la salud de la madre y del futuro bebé estén protegidas.
Varios medios aseguran que Ángela lleva la Medalla de la Dulce Espera, pero en realidad, podría ser la Medalla Milagrosa. Sin embargo, la fotografía borrosa hace difícil confirmarlo. Hasta ahora, la menor de los Aguilar no ha hecho comentarios al respecto.
Cabe recalcar que la Medalla Milagrosa es conocida por su simbolismo en la protección y milagros, mientras que la Medalla de la Dulce Espera está vinculada a la devoción por el nacimiento de Jesús.
La Virgen María en espera es una figura bíblica significativa. Ella representa el camino hacia la Vida Eterna y la salvación que se manifestará a través de su hijo Jesús. Desde la fe muestra otras advocaciones para encomendarse y tener un buen embarazo.
Cuando las parejas enfrentan dificultades para concebir, muchas mujeres recurren a la Virgen de Santa Ana en busca de ayuda para lograrlo. La festividad de Santa Ana se celebra el 26 de julio, y es especialmente venerada por quienes desean ser madres.
A Santa Ana se le conoce como la patrona de las mujeres embarazadas y de las mujeres que padecen de esterilidad, esto debido a que logró embarazarse después de los 40 años gracias a su fe a Dios, quien le permitió la dicha de vivir la maternidad al dar a luz a la Virgen María; esto quiere decir que fue abuela de Jesucristo.
Inicialmente llamada como la “Virgen con el Niño”, con el tiempo y debido a que su devoción fue en aumento gracias a las bendiciones que dio a las mujeres embarazadas que recurrían a ella, esta advocación cambio su nombre a la “Virgen de Parto”.
Ubicada en la Iglesia de San Agustín en Campo Marzio, Roma, esta imagen realizada en mármol por Jacopo Tatti “Sansovino”, entre 1516 y 1521, fue muy recurrida en esa época por las mujeres que iban a dar a luz, sobre todo si no contaban con una buena atención médica, para encomendarse a la Virgen y solicitar su protección a fin de tener un buen parto.
La devoción a esta advocación mariana alcanzó tal popularidad que, en 1822, el Papa Pío VII concedió indulgencias a quienes besaran el pie de la Virgen. La gran afluencia de fieles hizo que el pie de mármol se desgastara tanto que fue necesario reemplazarlo por uno de plata.
Actualmente las parejas embarazadas mantienen esta tradición y piden a la Virgen del Divino Parto que el proceso de embarazo se realice sin complicaciones, así como que la salud del recién nacido sea buena.
Santa Madre de Dios y Virgen del Divino Parto, venimos a tus pies para cantar tus alabanzas. Tú eres la hija predilecta del Padre, la Madre del Verbo Encarnado, el Templo del Espíritu. Tú eres la Virgen elegida desde la eternidad para colaborar en la obra de nuestra salvación: pide para nosotros a tu Hijo Jesús una fe fuerte, una esperanza sólida, una caridad generosa.
Virgen Madre, confiamos a tu protección a todas las madres que te ruegan por la integridad de su descendencia y por un feliz parto, para que la vida que llevan en su vientre sea preservada de todo peligro.
Concédeles volver a tus pies con su criatura para dar gracias al Señor que obra maravillas a aquellos que depositan en Él su confianza.
Virgen del Parto, protege y defiende con amor todos tus niños, para que regenerados en el agua del Bautismo e incorporados en la santa madre Iglesia, crezcan serenamente llenos de virtudes, para luego convertirse en testigos valientes de tu Hijo Jesús, perseverando con la gracia del Espíritu Santo en el camino de la santidad.
Amén.
Ave María …
Virgen del Divino Parto, ruega por nosotros.
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