Alexa se encontraba en la noche estudiando sus oraciones del catecismo para celebrar al día siguiente su Primera Comunión, cuando de repente escuchó el grito de su mamá: “¡Ahí viene el agua!”.
@desdelafe "Le pedí a Dios que me salvara porque me caí y por poquito me ahogo, tuve que aguantar la respiración por un ratito”. Alexa tiene ocho años y se había preparado un año para recibir el Sacramento de la Primera Comunión. Para ella, Dios es “su tranquilidad”. 📷 La preparación era tan importante para ella, que quería asegurarse de no cometer errores en ese día tan especial. Así que, la noche de la tormenta, estaba estudiando sus oraciones del catecismo cuando… Conoce la esperanzadora historia de Alexa, quien perdió todo en una inundación, menos su fe en. #historytok #historytime #viral #IA #noticias ♬ sonido original – Desde la Fe
En cuestión de minutos, la aparente tranquilidad en la zona de San Martín Cuautlalpan, Chalco, donde vive Alexa con su familia, se vio transformada en una auténtica cascada descendiente de las montañas que separan al Estado de México de Puebla, causando destrucción a su paso.
Sin embargo, a pesar de la tragedia y de la pérdida de miles de pesos en objetos y valiosos recuerdos que quedaron sepultados por el lodo en su casa, Alexa mantenía firme la ilusión de recibir por primera vez a Jesús Eucaristía al día siguiente. En medio de todo el caos, una de sus principales preocupaciones era recuperar su vestido, y vaya sorpresa que se llevó al lograrlo.
Alexa tiene ocho años y se había preparado un año para recibir el sacramento. Para ella, Dios es “su tranquilidad”.
La preparación era tan importante para ella, que quería asegurarse de no cometer errores el día de su Primera Comunión. Así que, la noche de la inundación, estaba estudiando sus oraciones del catecismo, con especial atención en la más difícil para ella: el Credo.
“Cuando mi mamá gritó, me espanté mucho y corrí hacia la parte más alta del patio (…) Dejé las oraciones del catecismo arriba de la cama. Pensé que no la contaba, porque me llegó hasta acá el agua (señala su pecho). Le pedí a Dios que me salvara porque me caí y por poquito me ahogo, tuve que aguantar la respiración por un ratito”, recuerda Alexa en entrevista con Desde la fe.
Esa noche, entre el caos y la devastación, para la niña de ocho años hubo algo que permaneció intacto: el deseo de recibir a Jesús en su corazón, por lo que le pidió a su papá que buscara su vestido de Primera Comunión para saber si podía rescatarlo.
“Perdí mi ropero, mi cama, mis muñecos favoritos, libros, materias, cama, sala, cocina y teléfonos, pero no me importó porque al otro día iba a hacer mi Primera Comunión”, recuerda la niña.
El agua ya había cedido, pero todo estaba inundado y lleno de lodo por la tierra que había acarreado el agua. A pesar de lo complicado que fue caminar de regreso a casa en busca del vestido, su papá lo hizo para darle una alegría a su hija en medio de la adversidad, y al llegar a su casa, vio algo que le costaba trabajo creer: sorprendentemente, su vestido de Primera Comunión estaba intacto, sin una sola mancha.
“Cuando llegó el agua, yo le grité: ‘papá, ¡ya salte!’ Porque estaba llegando más alto el nivel del agua, pero él regresó por el vestido. Cuando vi cómo había quedado la casa, sentí que no se había salvado el vestido, pero mi papá lo salvó, estaba arriba del mueble, se perdió todo menos mi vestido. Mi papá es mi amigo, es mi todo”, cuenta.
Al día siguiente, entre el lodo y el caos en su hogar, Alexa decidió seguir adelante con su plan: dirigirse a la iglesia para recibir por primera vez la Eucaristía. Tomó su Biblia y acompañada de su abuela, se encaminó hacia la iglesia, vestida con su ropa habitual para la misa de su Primera Comunión.
Sin embargo, su abuela, al recordar que el vestido había quedado a salvo, decidió regresar rápidamente a casa para recuperarlo antes de que comenzara la misa. Durante el trayecto en taxi a la iglesia, Alexa aprovechó para cambiarse de ropa en tiempo récord.
“Ese día yo sentí mucha emoción porque ya por fin iba a hacer mi Primera Comunión. Cuando vamos a la Iglesia veo que dan las Hostias y yo quería recibir una”, narra.
“Mi vestido era muy bonito, lo sigue siendo”, agrega.
Las imágenes se volvieron virales en redes sociales: la pequeña Alexa saltando de charco en charco, con su vestido impecable a pesar de la emergencia y la gran cantidad de lodo que había entrado en su casa.
Finalmente, llegó a la iglesia lista y emocionada para recibir el sacramento que tanto había anhelado.
Durante las últimas semanas, los vecinos de Chalco, Estado de México, han vivido los estragos de las lluvias torrenciales. El pasado junio, el aumento del caudal provocó la ruptura de una barda que mantenía el canal en su cauce, afectando severamente diferentes zonas, como: el barrio Zacamula de San Martín Cuautlalpan, la Unidad Habitacional Pueblo Nuevo, Los Héroes Chalco y Villas de San Martín.
Cabe mencionar que uno de los canales que se desbordó, se llena con los arroyos que descienden de las montañas que separan el Estado de México de Puebla, lo que provoca que el agua baje con fuerza por las barrancas cuando llueve.
Aunque las autoridades intentaron mitigar los encharcamientos en garajes y plantas bajas, los vecinos se organizaron con escobas, cubetas y palas para desalojar el agua y el lodo hacia los desagües.
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