Este 14 de julio se cumplen 50 años de la erección de la Parroquia de San Camilo de Lelis, en San Juan de Aragón, misma que debe su nombre a monseñor Jorge Durán Piñeiro, quien falleció en el año 2000, habiéndose ganado el cariño de innumerables enfermos de todo el territorio arquidiocesano.
En la década de los 70, monseñor Jorge era provicario de la Tercera Vicaría, y quiso que la parroquia llevara ese nombre, pues sentía una veneración especial por san Camilo de Lelis, el llamado “Servidor de los enfermos”.
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El padre Roberto Zendejas, actual párroco, explica que monseñor Jorge Durán, además de provicario de dicha Vicaría, fue durante décadas Capellán General de la Cruz Roja Mexicana, institución en la que atendía tanto a pacientes como al personal de salud; de manera que su cariño por los enfermos lo hacía sentirse identificado con este santo que entregó su vida a la atención de enfermos abandonados.
Camilo de Lelis nació en 1550 en Bucchianico, Italia, de una madre tan cristiana que quiso que su pequeño naciera en un establo, no por falta de recursos pues el matrimonio era de buena posición económica, sino porque deseaba imitar el nacimiento de Jesús.
“Pero a temprana edad -señala-, Camilo quedó huérfano de madre y, por lo tanto, al cuidado de su padre. Sólo que éste, siendo militar, tenía numerosas ocupaciones, así que Camilo sufrió el descuido paterno. Y de esta manera fue desviando el camino hasta caer en toda clase de vicios”.
A los 25 años, Camilo sufrió un accidente y fue llevado a un convento para su recuperación, donde convivió por largo tiempo con los frailes y vivió su conversión. “Estuvo en ese convento unos 7 años -refiere el padre Roberto-; pero al darse cuenta de que ese no era su lugar, partió a Roma, y en una de las estaciones del viaje vio a un enfermo tirado en la calle, sufriendo de dolor, lo cual estremeció su corazón”.
Fue entonces que Camilo decidió ingresar al Seminario, y recibió la ordenación sacerdotal a los 34 años, para después fundar la Congregación de los Hermanos Ministros de los Enfermos y Mártires de la Caridad.
“Desde entonces -explica el padre Roberto-, Camilo de Lelis se dedicó no sólo a atender a enfermos, sino a darles un trato digno, así como a formar en la fe a quienes no estaban formados”.
El padre Roberto Zendejas llegó a la parroquia hace tres años, justo en la fiesta de san Camilo de Lelis, sin conocer entonces nada de la vida de este santo. Antes estuvo como párroco en dos parroquias también de la Tercera Vicaría: Jesús Obrero, en San Juan de Aragón, y Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en Casas Alemán, en cuyas comunidades, “curiosamente”, se había entregado de manera muy especial a atender a un sector vulnerable de la población: los enfermos.
“Nadie en mis comunidades anteriores podría decir que no atendí a sus enfermitos, ya que eran una prioridad para mí; incluso a muchos los estuve viendo hasta el día de su muerte. A veces hasta enfadaba a los fieles con mi insistencia de que me reportaran a sus enfermitos para darles atención pastoral, cuidados y acompañamiento”.
Fue en el 47 aniversario de la parroquia cuando el padre Roberto Zendejas fue puesto al frente de la misma, y de inmediato se puso a estudiar la vida de san Camilo de Lelis, por quien empezó a sentir una gran admiración.
“Para mí resultó muy significativo que me hubieran mandado a esta parroquia. Aquí he hecho lo mismo que en las anteriores: dar prioridad a los enfermitos. Y aunque hoy hay una pandemia peligrosa, cuando alguno necesita acompañamiento, desde luego que lo atiendo, tomando todas mis precauciones. Si algo me pesa en este tiempo, es no poderles dar un abrazo, una caricia, o llevarles algún dulce”.
Y es que para el padre Roberto Zendejas, todo aquel sacerdote que se mete debajo de la cama cuando su comunidad sufre y se lamenta; todo aquel sacerdote que se esconde a piedra y lodo cuando se presentan las horas difíciles, “simple y sencillamente está muriendo como sacerdote”.
“Está bien que uno debe ser prudente y no ponerle el pecho a las balas, pero tenemos el deber de atender a nuestra comunidad, sin importar la magnitud del problema. Así que, cuando es el caso, me coloco mi mascarilla, lo que haya que portar, y le digo a san Camilito: ‘Los enfermos, santito, fueron tu prioridad, tú los cuidaste en nombre de Jesús, y yo también lo hago ahora en nombre de Nuestro Señor, pues Él, al igual, estuvo cerca de los enfermos’. ¡Y adelante!”.
Para este 50 aniversario de la parroquia, la comunidad de san Camilo de Lelis pensaba llevar a cabo una celebración especial; sin embargo, debido a la pandemia de coronavirus, y por respeto a todos los fallecidos en este tiempo, se realizará una celebración modesta, pero llena de devoción.
“Eso sí -señala el padre Roberto Zendejas-, una vez que pase la pandemia, quisiera invitar a todas las personas de nuestro Decanato, de nuestra Vicaría, de nuestra Arquidiócesis, de las diócesis aledañas y de cualquier otra diócesis, a que visiten nuestra parroquia; a visitarnos entre parroquias y hacer comunidad, porque somos la misma Iglesia, somos el pueblo santo de Dios, y nos necesitamos”.
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