Basílica de Guadalupe es el Santuario Mariano más visitado del mundo. Foto: DLF
El turismo religioso en México está en auge y atrae tanto a peregrinos como a viajeros interesados en el arte, la historia y la espiritualidad. Lugares como la Basílica de Guadalupe —el santuario mariano más visitado del mundo— reciben millones de visitantes cada año, mostrando cómo los templos se han convertido en espacios de encuentro cultural y espiritual.
Viajar para conocer iglesias puede parecer poco llamativo a primera vista, pero en realidad puede convertirse en una experiencia profundamente transformadora. Estos recorridos brindan tanto a peregrinos devotos como a viajeros curiosos la oportunidad de encontrarse con el arte, la historia y la riqueza espiritual de lugares sagrados que resguardan siglos de fe y cultura.
Cada templo, además, abre la puerta a un encuentro humano, con las comunidades que los custodian, con las tradiciones vivas que ahí se celebran y con las historias que han marcado a generaciones. Así, visitar una iglesia no es solo admirar su arquitectura, sino dejarse tocar por la identidad y la espiritualidad de un pueblo.
En este sentido, el turismo religioso se ha consolidado en los últimos años como un segmento en auge en todo el mundo, y México no es la excepción. Como señala el investigador Enrique Propin Frejomil, de la Universidad Nacional Autónoma de México, los lugares sagrados no solo atraen a creyentes, sino que poseen un magnetismo único capaz de convocar a personas de todas las creencias y orígenes.
De acuerdo a una investigación que hizo al respecto en 2023, México es hogar de una gran cantidad de estos sitios, siendo la Basílica de Guadalupe el recinto mariano más visitado del planeta. Tan solo en diciembre recibe a más de 20 millones de peregrinos, superando incluso a destinos como Jerusalén, El Vaticano, Lourdes o Fátima.
El turismo religioso ofrece la posibilidad de recuperar los espacios de la presencia de Dios en el mundo y de tender puentes de fraternidad en entornos que muchas veces están marcados por fanatismos y exclusión.
Sin embargo, México aún no aprovecha todo su potencial, de acuerdo con Propin Frejomil, quien también es miembro de la Academia Mexicana de Investigación Turística, “el fenómeno del aparicionismo ha generado sitios icónicos como San Juan de los Lagos, Chalma, Izamal, Zapopan, Talpa, Zacatecas o Juquila, pero la movilidad turística sigue concentrada en pocos lugares. No obstante, la falta de accesibilidad e infraestructura limita que otras comunidades con fuerte tradición religiosa se conviertan en polos de atracción”.
En este 2025, el turismo en general sigue siendo un motor clave para la economía nacional, de acuerdo con la Secretaría de Turismo.
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