La ciudad de San Miguel de Allende, en Guanajuato, ha recibido distintos reconocimientos e incluso, la han declarado la segunda mejor ciudad del mundo por la revista Travel + Leisure, y estas distinciones, no tan solo obedecen a la amabilidad y hospitalidad de su gente, la prosperidad creciente de la ciudad, la calidad de sus servicios, sino al paisaje urbano que sin duda, la hacen digna de tales señalamientos.
Ciudad fundada en 1542 por Fray Juan de San Miguel con el nombre de San Miguel el Grande, en 1555 fue elevada a condición de villa, y durante varios años, fue refugio para los españoles ante los continuos ataques de los indios chichimecas. En 1862 obtuvo el rango de ciudad, y esta adquirió especial fama en la etapa independentista de México porque fue cuna de los caudillos insurgentes Ignacio Allende e Ignacio Aldama quienes lucharon por la independencia nacional.
Parte relevante de la arquitectura colonial y del siglo XIX que la distinguen y dan fama, está formada por algunos templos, siendo el más hermoso la iglesia de San Miguel Arcángel de estilo neogótico que fue edificada hacia 1880. En una de sus capillas se conserva la imagen de un Cristo que hecho con pasta de orquídeas, y que salió de las manos tarascas con un fuerte sello indígena. Allí mismo hay algunas pinturas de Juan Rodríguez Juárez.
Muy cerca de este templo está la Iglesia de San Rafael, del siglo XVIII, y hay otros más como el de Santo Domingo que se construyó a finales de esta centuria, y no muy lejos de allí, está la Capilla de la Ermita y el Oratorio de los Siete Dolores que denotan la piedad popular.
En la plazuela de San Francisco está el templo de la Tercera Orden; la Iglesia fue construida entre 1779 y 1799, es de estilo churrigueresco con torre neoclásica, y en su interior, muy sobrio, trabajó el prestigiado arquitecto Eduardo Tresguerras, y contiene algunas pinturas del mulato Juan Correa y de Salvador Fajardo.
En San Miguel de Allende también está la Iglesia de San Felipe Neri donde hay una pintura de la Virgen de Guadalupe del célebre pintor Miguel Cabrera, uno de los más grandes de la pintura mexicana.
Además, está el claustro Filipense y la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud, con una magnífica portada churrigueresca y en su interior, hay obra de Antonio Torres, Miguel Cabrera y Xavier de Peralta. A un lado está el Colegio de San Francisco de Sales, fundado en 1753, y además, el templo de la Concepción.
La presencia numerosa de iglesias confirma la vocación religiosa de la entidad, y sin duda, su amor hacia la Virgen de Guadalupe que fue el primer estandarte del movimiento insurgente en nuestro país.
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