Turismo religioso

Las 3 joyas del turismo religioso en Colombia

Ya sea a cientos de metros de profundidad o a más de 3 mil metros de altitud, en Colombia existen joyas del turismo religioso, lugares especialmente hermosos, sitios que por su simbolismo, belleza y excepcional ubicación son capaces de cautivar a quienes les visitan para saludar a Dios.

En esta sugerente selección, “Desde la fe” hace un repaso por algunas de las más interesantes infraestructuras de inspiración divina que son orgullo de Colombia, a diario atraen a miles de turistas, y representan en la actualidad, un patrimonio digno de conocer y visitar.

La Catedral de Sal, joya del turismo religioso en Colombia

Sí, efectivamente, ¡es de sal! Y se encuentra en el interior de las minas, en Zipaquirá, una ciudad de Colombia ubicada al noreste de Bogotá. Está en el corazón de esta región verde en la que se disfruta un frío clima de montaña con una temperatura promedio de 11.5 °C.

Para vivir personalmente esta aventura, es necesario descender 180 metros. Es una obra única, si bien hace recordar a la catedral subterránea de Polonia, la cual nace en las también profundas minas de sal de Wieliczka.

La Catedral de la Sal es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá.

No obstante, además de la imponente hermosura de su construcción, la infraestructura colombiana presume de contar en su interior con la cruz subterránea más grande del mundo, una pieza de 16 metros de largo; así como con las 14 estaciones del Viacrucis.

El rostro que ahora luce -y el diseño artístico que la decora- se centró en una propuesta del arquitecto Roswell Garavito Pearl, mientras que la dirección técnica de ingeniería fue ejecutada entonces por el también colombiano Jorge Enrique Castelblanco.

Celebran misa dominical

Es de sal y huele a sal… un aroma que adquiere mayor intensidad en el interior de sus espacios, donde se pueden apreciar amplias colecciones artísticas que incluyen esculturas elaboradas en mármol y el popular mineral.

El ambiente es tan deslumbrante como acogedor y está cargado de una profunda espiritualidad. Tiene su altar y también un órgano. Además, es funcional, por lo que se celebra misa los domingos, e incluso se realizan matrimonios.

La Catedral de Sal en Colombia está tallada a 180 metros bajo tierra, tiene una capacidad para albergar 10,000 personas.

El precioso santuario está integrado al “Parque de la Sal”, un complejo que supera las tres decenas de hectáreas e incluye un museo interactivo, en un entorno particularmente ecológico.

Además, dispone de una espectacular cúpula de ocho metros de diámetro. No en vano, construir la estructura completa fue una proeza de la ingeniería que implicó la extracción ¡de 250 mil toneladas de sal! Sin duda, es una obra espléndida, maravillosa y excepcional, un referente del turismo religioso en Colombia y el mundo.

Santuario de Monserrate

Basta con elevar la mirada para verle, pues se eleva a una altitud de 3.152 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, rodeado de nubes en el silencio de la cumbre, un Cristo Crucificado, el tiernamente llamado “Señor Caído”, observa y protege a Bogotá.

Originalmente corazón de un monasterio, que con ayuda de manos locales se culminara por el año 1657, alberga desde hace siglos a tan querido huésped: el Señor Caído de Monserrate. La pieza es obra de Pedro de Lugo Albarracín, un famoso escultor del siglo XVII que dedicó buena parte de su vida a la elaboración de devocionales que rindieran homenaje a la Pasión de Cristo.

Desde entonces, son miles los devotos que se acercan al lugar rodeado de espacios naturales, adonde también muchos acuden en busca de paz o como un acto penitencial. Junto al templo, el silencio, el viento y una sobrecogedora vista inspiran la gratitud y la oración suplicante.

El Santuario de Monserrate en Colombia.

El lugar es visitado a diario por turistas de todo el planeta que se dejan cautivar por el encanto de la zona y la espectacularidad del lugar al que se puede ascender caminando, en funicular o incluso en teleférico.

En lo más alto está el Cristo, la venerada imagen por medio de la cual se claman favores al cielo. Está dedicada al “Santo Cristo Caído a los azotes y clavado en la cruz” y es el centro de la peregrinación de quienes acuden por gratitud, consuelo o auxilio.

Cuenta la tradición que durante su paso como administrador de la ermita de Monserrate, el sacerdote Bernardino de Rojas mandó a tallar un Cristo Crucificado y de un Señor Caído y “pagó 105 patacones, como consta en el certificado que se expidió el 15 de febrero de 1656”.

Las piezas fueron puestas en la ermita. Y se elaboró una capilla para la adoración del Santo Cristo, pero con el paso del tiempo, la conmovedora imagen del Señor Caído condujo al reemplazo del patronazgo de la ermita dedicada en principio a la Virgen de Montserrat.

En 1915, en el marco de la fiesta de la Santa Cruz, se dio inicio a un proceso de demolición
de la ermita que durante más de 200 años albergara la imagen de Jesús Crucificado, y dio paso a
una construcción que se prolongó por todo un lustro.

Una vez consagrado el templo de Monserrate a la Pasión de Cristo y tomando en consideración el volumen de peregrinos, el entonces cardenal Crisanto Luque sugirió a la Santa Sede la elevación del templo a la condición de Basílica Menor.

Escuchado el consejo, el Papa Pío XII aprovechó el tercer centenario de la Imagen del Señor Caído, y el 25 de mayo de 1956 confirió tal dignidad a la iglesia de Monserrate, que es hoy uno de
los máximos destinos del turismo religioso en Colombia.

Santuario de Las Lajas

Muy cerca de Ipiales, en las entrañas del soberbio cañón del río Guáitara se erige imponente “un milagro de Dios en el abismo”, una iglesia católica de notable belleza: la catedral gótica del Santuario de Las Lajas.

Esta maravilla del turismo religioso en Colombia está asentada en columnas con gárgolas, ojivas y arcadas, e incluye imponentes vitrales. Las piezas translúcidas elaboradas con finura excelsa por el alemán Walter Wolf son atravesadas por los rayos del sol que agregan una peculiar iluminación.

Su interior exhibe un trío de naves con igual número de torres. Está ricamente decorado con populares advocaciones marianas, entre las que figuran la Emperatriz de las Américas, Nuestra
Señora de Guadalupe; la Virgen de Lourdes y una esbelta imagen de la Virgen de Fátima.

Santuario de las Lajas en Colombia.

Ubicada a una altitud de 2900 msnm, la estructura actual sustituye a una antigua capilla.
Fue elaborada en piedra obtenida de canteras locales -y trabajada con cincel. Sus naves reposan
sobre un puente de 20 metros de largo y 2 arcos que, tras cruzar el río, se funde con el otro lado
del cañón.

Su punto más elevado presume de una “estatura” de 100 metros que literalmente acaricia el cielo, mientras que la infraestructura central tiene 27,50 m de profundidad y 15 m de ancho.

Consagración al Sagrado Corazón

El ábside de sus naves abunda en piedra natural y sirve de marco a la nave central en la que se entroniza una pintura de Nuestra Señora del Rosario, precisamente sobre laja. Además, cuenta con una cripta coronada por un trío de naves que muestran bóvedas ataviadas con piedra sillar. En conjunto, ofrecen un homenaje al Sagrado Corazón de Jesús.

La Iglesia, y ambas dedicaciones, recuerdan el especial mensaje que en 1945 enviara a la población colombiana el Papa Pío XII en un clamor que hoy está más vigente que nunca:

“El Sagrado Corazón de Jesús es imán de las almas y centro de todos los corazones —Cor Iesu rex et centruin omnium cordium—; y por eso le pedimos que, depuestas todas las diferencias, fija únicamente la mirada en la mayor gloria de Dios, la exaltación de la Santa Madre Iglesia y el verdadero bien de la patria, los católicos colombianos sepan vivir como hermanos.

“¡Oh Corazón amabilísimo de Jesús, manantial de verdad, fuente de amor, imán de las almas; reina definitivamente en este pueblo que aquí ves humillado a tus pies! ¡Que aquella caridad y aquel celo, que el Apostolado les enseña y que entre ellos encarnaron un san Pedro Claver y un san Luis Beltrán, crezcan constantemente en sus corazones!

“Y que la intercesión amorosa de Nuestra Señora del Rosario, la dulce Madre de Chiquinquirá, haga llover del cielo el rocío divino de las gracias celestiales, para enriquecer cada vez más con frutos de vida eterna esta tierra siempre pródiga y generosa!”.

Carlos Zapata

Ex editor de medios católicos con rica experiencia en el desarrollo de contenido SEO, branding y manejo estratégico de plataformas digitales.

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