El santuario principal de la patrona de España y de la Hispanidad se encuentra en la Basílica Catedral de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, España. Foto: Jatziry Herrera
La Virgen del Pilar, también conocida como Nuestra Señora del Pilar, es la advocación mariana más antigua y venerada de la Iglesia católica, que además ocupa un lugar especial porque, según la tradición, se trata de la única aparición que está asociada directamente con los apóstoles y se verificó cuando la Virgen María aún vivía.
El santuario principal de la patrona de España y de la Hispanidad se encuentra en la Basílica Catedral de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, España, un santuario mariano que desde hace siglos es centro oración y destino de peregrinaciones procedentes de todo el mundo.
Según la tradición recogida por fuentes eclesiásticas y conservada en la liturgia local, la Virgen María se apareció al Apóstol Santiago el Mayor el 2 de enero del año 40 d.C., cuando este se encontraba evangelizando en la ciudad romana de Caesaraugusta (hoy Zaragoza).
El apóstol, quien se estaba desanimado por la escasa conversión de los pueblos hispanos, recibió la aparición de la Virgen, que aún vivía en Jerusalén, acompañada de ángeles, quienes colocaron una columna o “pilar” de jaspe como signo visible de su presencia y promesa de protección.
La Santísima Madre de Nuestro Salvador Jesús le pidió a Santiago que construyera allí un templo dedicado a su Hijo, y le aseguró que la fe permanecería firme en ese lugar, “como ese pilar”.
Por esa razón, la aparición de la Virgen del Pilar es considerada única en la historia, pues ocurrió mientras María todavía estaba viva en la Tierra, lo que la convierte en la primera aparición mariana reconocida por la tradición cristiana.
El nombre “del Pilar” proviene precisamente de la columna de piedra que llevaron los ángeles y que la Virgen dejó como testimonio de su visita al Apóstol Santiago el Mayor en Zaragoza.
Este pilar, que se conserva en el interior de la basílica, es el símbolo central de su devoción, por lo que en torno a él se edificó el primer oratorio mariano del mundo y, posteriormente, la majestuosa Basílica del Pilar, cuya construcción actual comenzó en el siglo XVII.
De esta manera, se considera que el pilar representa la firmeza de la fe y la presencia constante de la Virgen en la Iglesia, como apoyo y guía para los creyentes.
El Santo Pilar es una columna cilíndrica de jaspe, una piedra semipreciosa de color marrón rojizo con vetas grises, que se considera inmutable desde el momento de la aparición. Tiene aproximadamente 1.77 metros de altura y 20 centímetros de diámetro, y está asentado sobre un pedestal de plata y bronce, protegido por una urna.
En la parte superior del pilar se coloca la sagrada imagen de la Virgen del Pilar, una pequeña talla de madera policromada de unos 39 centímetros de altura, que porta al Niño Jesús en el brazo izquierdo y una flor en la mano derecha.
Durante el año, el pilar permanece cubierto por mantos bordados que se cambian diariamente, salvo en los días 2, 12 y 20 de cada mes, cuando se deja descubierta la columna para que los fieles puedan tocar y besar directamente la piedra, gesto que simboliza su unión espiritual con María.
De acuerdo con información de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, “la imagen que se conserva de la Virgen del Pilar es una efigie de madera, monoxila, en bulto redondo, de 36 cm. de altura, labrada según los cánones de la mejor escultura gótica europea de la primera mitad del siglo XV, por Juan de la Huerta.
Añade que representa a María como Reina y Madre, coronada, con regio vestido gótico de gran recato, abotonado desde la cintura y con cuello alzado y también abotonado; es una larga vestidura ceñida por un cinturón con hebilla, abrochado a la altura de su lugar natural.
“El Niño, a quien la Madre mira desde atrás, reposa sentado sobre la mano izquierda, en cuenco, y la cadera materna, sostenido por el brazo de María; aparece desnudo y despreocupado, en posición casi frontal, algo girado a su derecha, y con las piernas, cruzadas, el talón izquierdo sobre la pierna derecha… El Niño extiende el brazo derecho que cruza el pecho de su Madre, para asir al borde del manto”.
La fiesta litúrgica de la Virgen del Pilar se celebra el 12 de octubre, día que también coincide con el Día de la Hispanidad. Fue instituida oficialmente por el Papa Clemente XII en el año 1730, otorgando oficio y misa propios para toda España.
El 12 de octubre simboliza la unidad espiritual y cultural de los pueblos hispanos bajo la protección de María y su devoción se ha extendido a toda América Latina.
La devoción a la Virgen del Pilar fue reconocida desde muy temprano por los papas y por las autoridades eclesiásticas españolas. Entre los principales reconocimientos que le ha dado la Iglesia católica se encuentran:
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