Un ‘Detente’ es la piadosa práctica que consiste en llevar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús bajo la forma de un escapulario, iniciada en el siglo XVII en el Convento de la Visitación (Francia) por santa Margarita María de Alacoque, a quien Nuestro Señor Jesucristo se le apareció y le prometió que su Sacratísimo Corazón se ‘dilataría’ para derramar con abundancia las gracias de su divino amor a quien le rindiese honor y tributo.
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De manera que la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, llevada ya sea sobre nuestro pecho, en nuestra cartera, en el bolso o en el auto, no es un amuleto, sino un reconocimiento que se ejerce por las virtudes de la fe y la esperanza en el propio Jesús, en el sentido de que podemos esperar confiadamente en Él sus gracias y favores a través del culto que le rindamos con nuestras acciones.
Así, se dice que el ‘Detente’ es:
El ‘Detente’, es sobre todo, una armadura espiritual; con esta insignia -en la que además de la imagen del Sagrado Corazón, aparecen las palabras: “Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo”, le decimos “detente”, en nombre de Jesús, al demonio y a toda sombra de maldad. Por tal motivo, desde un inicio santa María Alacoque invitaba a todas las novicias a llevarlo consigo, asegurando que su uso era muy agradable al Señor.
Al principio, la autorización de la Iglesia para portar los ‘Detente’, fue concedida solamente a los conventos de la Visitación, pero en el siglo XVIII la práctica fue difundida ampliamente por la venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien Nuestro Señor le hizo saber anticipadamente el daño que causaría una grave epidemia en la ciudad francesa de Marsella, así como el maravilloso auxilio que los marselleses recibirían con la devoción al Sagrado Corazón, por lo que ella misma, con la ayuda de sus hermanas de hábito, confeccionó millares de estas insignias y las repartió en toda la ciudad, por donde se propagaba la peste.
La historia registra que, poco después, la epidemia cesó de manera providencial; no contagió a muchos de aquellos que llevaban el ‘Detente’, y las personas contagiadas tuvieron un extraordinario auxilio con esta devoción. En otras localidades cercanas sucedieron hechos análogos, y a partir de entonces, la costumbre se extendió por otras ciudades y países. La práctica piadosa del ‘Detente’ ha representado un auxilio espiritual para quienes son fieles a Jesús y a su Sacratísimo Corazón.
En México, durante las primeras décadas del siglo XX, en la época de la persecución religiosa emprendida por el gobierno de Plutarco Elías Calles, los ‘Detente’ fueron usados de manera masiva por los cristeros, quienes, confiados en que con la ayuda del Sagrado Corazón de Jesús, saldrían gloriosos.
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