El consejo evangélico de la pobreza se refiere a compartir con los necesitados, esto es ser conscientes de las necesidades de los demás. Foto Luis Aldana.
Los consejos evangélicos son pautas de vida cristiana que se derivan de las enseñanzas de Jesús contenidas en los Evangelios y que nos ayudan en el camino para alcanzar la santidad.
El Canon 575 del Código de Derecho Canónico establece que “los consejos evangélicos, fundados en la enseñanza y en los ejemplos de Cristo Maestro, son un don divino que la Iglesia ha recibido del Señor y conserva siempre por su gracia”.
Los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, a menudo expresados como votos en la vida consagrada, y que también se pueden aplicar a los laicos, son propuestas que nos ofrecen mayor libertad para amar y servir a Dios y al prójimo.
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Los consejos evangélicos son prácticas de vida que se encuentran en el Nuevo Testamento, específicamente en los Evangelios, y que son considerados caminos para alcanzar la santidad o la perfección cristiana y se les llama evangélicos porque los vivió y recomendó Jesús durante su ministerio.
De acuerdo con el sitio web de la Provincia Británica de Carmelitas, se llaman consejos evangélicos porque los encontramos vividos y, por lo tanto, “recomendados (aconsejados) por Jesús en los cuatro relatos del Evangelio, en los que se establece que Jesucristo fue pobre de espíritu, casto de corazón y obediente en amor a la voluntad de su Padre”.
Cabe destacar que los consejos evangélicos no son solo para líderes religiosos o miembros de la vida consagrada, ya que muchos laicos también pueden incorporarlos en su vida diaria, para profundizar su espiritualidad y ofrecer una nueva perspectiva sobre la fe.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en su canon 873, establece que los laicos “cumplen en la Iglesia y en el mundo la parte que les corresponde en la misión de todo el Pueblo de Dios”, pues al consagrarse “a Dios contribuyen a la misión salvífica de la Iglesia según la manera peculiar que les es propia”.
Es importante dejar en claro que la invitación a cumplir los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia no se limita únicamente a los religiosos y al clero, sino que todos los cristianos pueden adoptar estos principios de la manera que les resulte apropiada.
Así, un laico puede aplicar los consejos evangélicos a su vida de diferentes maneras, adaptando las enseñanzas a su contexto y vocación específica. !Ojo!, esto no significa que se intente imitar la vida religiosa, sino vivir los valores evangélicos en el mundo, en su vida familiar, laboral y social.
La aplicación de los consejos evangélicos implica un compromiso personal con la pobreza, castidad y obediencia, entendidos no como votos, sino como actitudes y opciones de vida. A continuación te compartimos algunos consejos sobre cómo pueden aplicarse en la vida laical.
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