Los novios que deseen casarse por la Iglesia deben acudir a su parroquia, de preferencia la de la novia, para solicitar una presentación matrimonial al menos tres meses antes de la boda.
La presentación es una entrevista mandada por la Iglesia para asegurar la libertad de los contrayentes, así como la ausencia de algún impedimento que dificulte el Matrimonio. Esta entrevista, por lo regular, la realiza el párroco mismo, su vicario, o un diácono.
En ella, bajo juramento, se entrevista a dos testigos por cada contrayente en orden a asegurar la soltería y la plena libertad. Posteriormente, el párroco propone a los contrayentes una formación y catequesis previa al Matrimonio, casi siempre consiste en las llamadas pláticas prematrimoniales, en ocasiones, puede haber un retiro.
Después de la presentación se corren las amonestaciones, es decir, se avisa a las parroquias donde han vivido los novios en orden a investigar si hay algún impedimento.
Leer: Amonestaciones matrimoniales: ¿qué son y para qué sirven?
Las actas de Bautismo y Confirmación se consiguen en las parroquias donde los novios realizaron sus Sacramentos.
Cabe mencionar que estas son consideraciones generales; sin embargo, es importante acudir a su parroquia para solicitar los requisitos específicos.
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