En la Divina Comedia, Dante Alighieri cita a san Bernardo de Claraval en el capítulo correspondiente al paraíso, y lo pone como guía en la última parte de su viaje a los tres círculos del más allá.
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Desde el capítulo XXXI el santo invita al poeta a volver a María su mirada como el rostro que más se asemeja a Cristo. “Y la Reina del cielo, por quien ardo eternamente de amor, nos concederá todas las gracias, porque yo soy su fiel Bernardo”, dice el poeta florentino.
¿Cuáles fueron, pues, los méritos de san Bernardo para que Dante Alighieri le dedique varias páginas? A él lo define así: “Vi a un anciano vestido como la familia gloriosa. En sus ojos y en sus mejillas estaba esparcida una benigna alegría, y su aspecto era tan dulce como el de un tierno padre”.
San Bernardo fue filósofo, teólogo, escritor místico y abad de Cister; fundó 68 monasterios en varias partes de Europa; fue predicador y organizador de órdenes militares para acoger y defender a los peregrinos que iban a Tierra Santa. Tuvo notable influencia en la creación del Orden del Temple y fue el principal predicador de la Segunda Cruzada. El Papa Alejandro III lo canonizó el 18 de enero de 1174, y Pío VIII lo declaró Doctor de la Iglesia en 1830. Su fiesta litúrgica es el 20 de agosto.
Nació en el castillo de Fontaine-les-Dijón, en Borgoña, Francia, en el seno de una familia noble. En el año 1113, tras la muerte de su madre, cuando él tenía 23 de edad, ingresó a la Orden del Cister bajo la Regla de San Benito, y 2 años después fue enviado a fundar el Monasterio de Claraval, que pronto contó con 700 monjes, y el obispo Guillermo de Champeaux lo ordenó sacerdote y le dio posesión como abad de esta nueva institución.
En 1130, el cisma del antipapa Anacleto lo apartó de la vida monástica, y salió a la defensa de Inocencio II. Participó de las controversias religiosas de su tiempo, y realizó numerosos viajes por varios países. Entre otras actividades predicó a los cátaros, quienes varias décadas después serían declarados herejes.
En 1145, Eugenio III fue nombrado Papa y se convirtió en el primer cisterciense y discípulo de Bernardo que ocupó tan distinción.
Un gran golpe para Bernardo fue la derrota de la Segunda Cruzada (1147-1149), en la que participaron monarcas y la nobleza europea; este fracaso afectó su figura carismática, tanto en lo religioso como en lo político. Para 1153 enfermó de gravedad y finalmente falleció el 20 de agosto de 1153.
San Bernardo escribió más de 300 sermones y cientos de cartas con temas religiosos y seculares, entre ellos el Libro de los Caballeros Templarios, que asoció los lugares de la vida de Jesús con las citas bíblicas. Cabe señalar que san Bernardo es venerado por la Iglesia católica, la Iglesia anglicana y la luterana.
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