¿Qué puedo hacer si tengo miedo a confesarme?

Una de las razones por las que muchos fieles no se confiesan es porque sienten miedo de la reacción y de los regaños que puedan recibir del sacerdote o porque consideran que sus pecados no serán perdonados y, por lo tanto, no tienen una esperanza de lograr la reconciliación con Dios, ¿pero qué puedo hacer si tengo miedo a confesarme?

Monseñor Martín Muñoz López, Canónigo Penitenciario de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, reconoció que existen diversos factores que pueden ocasionar que a una persona le dé miedo confesarse, pero aseguró que solo existe un consejo para contrarrestar ese temor: ¡Quitarse el miedo!

¿Cómo me quito el miedo a confesarme?

En entrevista con Desde la fe, monseñor Muñoz López aseguró que la mejor manera de quitarse el miedo para confesarse es que todos los fieles comprendan lo que es exactamente el Sacramento de la Reconciliación y cuál es el papel que juega el sacerdote durante la confesión.

En este sentido comentó que tal vez en muchas ocasiones la figura del sacerdote quizá ha contribuido a que se genere un miedo en quienes buscan confesarse, porque los presbíteros piensan que es el momento en el que a través del regaño, del grito o incluso del mal humor, la gente va a comprender que tiene que cambiar.

“El Sacramento de la Reconciliación es la oportunidad que tenemos simplemente para regresar a los caminos que Dios nos ha dispuesto, volvernos hijos. No hay razón para tener miedo, ni a un posible regaño, ni al miedo de pensar que no me van a perdonar porque mi pecado es grave.

“Aquí lo importante es que tenemos que tomar muy en cuenta lo que busca el Sacramento de la Reconciliación en sí mismo y que es la transformación de nuestra vida, la transformación del corazón”, señaló el Canónigo Penitenciario.

¿Qué es el Sacramento de la Reconciliación?

Monseñor Martín Muñoz indicó que el Sacramento de la Reconciliación es el momento en el que los fieles se van a encontrar con un Padre amoroso, no con un fiscal que va a echar abajo todo argumento que lleven en la mente y en el corazón.

De este modo, continuó, cuando nos vamos a confesar nos tenemos que quitar el miedo y pensar que estaremos ante Padre amoroso que está esperándonos, porque “Jesús es el Señor que nos espera simple y sencillamente para que encontremos un cambio de vida. ¿Por qué el miedo?”.

“Para esto contamos también con la gracia de Dios, porque no estamos solos, podemos tener miedo porque a lo mejor nuestras fuerzas no son suficientes para transformar lo que estamos queriendo cambiar en cada uno, pero se nos olvida que este Sacramento de manera particular nos ofrece también gracia, nos da la presencia del amor de Dios que nos ayuda a empezar todo un proyecto de vida nueva que él mismo nos ofrece”, apuntó.

¿Qué tenemos que hacer cuando aparezca el miedo a confesarme?

Si una persona ya tomó la determinación y dice “voy a confesarme” y de repente aparece el miedo para hacerlo, el Canónigo de la Basílica de Guadalupe recomendó que de inmediato busque la manera de quitárselo, porque no hay otra manera de acercarnos a Dios para tener un encuentro con Él, que ir con la conciencia de que nos verá como a sus hijos y obtendremos la paz, “que es el don maravilloso que Dios tiene para todos aquellos que están en su presencia”.

“¿Qué necesitamos hacer para no tener miedo? ¿Quitárnoslo! Entrar y darnos cuenta que de ninguna manera el confesionario es el lugar en donde tenemos la guillotina afilada o está el potro para la tortura que viene como consecuencia del mal que he hecho. La confesión es un momento de encuentro amoroso en donde Dios está dispuesto simplemente a recibirnos y buscar que empecemos a cambiar nuestra vida para bien”, recalcó.

Todos los pecados veniales pueden perdonarse

Una manera de perder el miedo a confesarse, propuso monseñor Muñoz López, es que los fieles tengan plena conciencia de que todos los pecados veniales pueden perdonarse, excepto todos aquellos que atentan contra el Espíritu Santo.

“Ahora, todos los pecados pueden ser perdonados siempre y cuando estés dispuesto a no volverlos a cometer, porque lo que tiene el Sacramento de la Confesión es que hay una promesa por parte del pecador de decirle a Dios ‘ya no más, Señor, hasta aquí’.

“Sabemos perfectamente bien de nuestra débil naturaleza, sabemos perfectamente bien incluso de la seducción que de repente el pecado nos tienta a cada momento, pero por el momento hay una firme determinación de mi parte y por eso es que viene la gracia para que incluso esto se evite”, destacó.

Finalmente, indicó, es fundamental que los fieles comprenda que independientemente del genio que tengan los sacerdotes, Dios actúa a través de ellos, por lo que cuando una persona llega con la disposición de quererse encontrar con Dios, esto doblega su actitud.

“Nosotros mismos lo notamos cuando la gracia de Dios ya está actuando de por sí en las personas. Entonces, es tiempo de empezar a superar los miedos, hay que quitarnos este miedo, sobre todo en algo que no tendría que darnos miedo, sino más bien mucha esperanza, que es el saber que Dios nos aguarda”, concluyó monseñor Martín Muñoz.