Este retiro busca ofrecer a las parejas un espacio único para reflexionar y dialogar sobre la decisión del matrimonio. Foto: Especial
Antes de tomar la decisión más importante de la vida, cada pareja debería detenerse y hacerse algunas preguntas fundamentales ¿por qué me quiero casar?, ¿qué me motiva a dar este paso?, ¿conozco realmente a la persona con la que quiero compartir mi vida?, ¿será para toda la vida?
Estas preguntas, que parecen sencillas, encierran la clave de lo que será el futuro de un matrimonio, el cual no es un simple trámite, sino de un camino de discernimiento que exige honestidad, madurez y fe.
Con este espíritu, el retiro para novios del movimiento Encuentro de Novios, que se realiza en diversas sedes del país, entre ellas la Ciudad de México, el cual busca ofrecer a las parejas un espacio único para reflexionar y dialogar sobre la decisión del matrimonio.
“El retiro ayuda a los novios a confrontar su realidad, a hablar de lo que muchas veces se evita y a tener un verdadero encuentro con Dios y con la Iglesia”, explica el Presbítero Carlos Jean Riquelme, rector de la Rectoría del Sagrado Corazón de Jesús, Vicario Judicial Adjunto y asesor del movimiento en la capital.
En muchas parroquias, los cursos prematrimoniales suelen impartirse como sesiones informativas o doctrinales en las que los novios participan de manera pasiva, escuchando pláticas y testimonios. Estos espacios cumplen con el objetivo de transmitir la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio. Sin embargo, el retiro para novios busca que las parejas sean protagonistas activas de su discernimiento.
Durante casi dos días, iniciando el sábado por la mañana hasta la tarde del domingo, los novios viven momentos de reflexión personal, trabajo en pareja, oración comunitaria y convivencia fraterna, diseñados para propiciar un diálogo profundo sobre la relación, la fe y el compromiso que implica el Sacramento del Matrimonio.
“El retiro no es solo información, sino una experiencia transformadora. No se trata de llenar la mente de datos, sino de iluminar el corazón para tomar una decisión consciente”, señala.
Uno de los aspectos más valiosos del retiro es el diálogo posterior a cada tema, donde los novios son invitados a conversar con honestidad sobre cuestiones que prefieren no abordar en esta etapa. Allí se confrontan con preguntas como ¿qué tan sólida es nuestra comunicación?, ¿cómo enfrentamos los conflictos?, ¿qué papel juegan la fe y los valores familiares en nuestra relación?, ¿qué tanto nos conocemor?, entre otros cuestionamientos.
Muchos descubren que hay temas incómodos que nunca habían hablado, desde el uso de los medios de comunicación en la vida diaria hasta el impacto de la edad en la decisión de casarse. “Lo crucial es que no se queden en lo superficial, sino que se atrevan a hablar de lo que cuesta, ahí es donde se puede fortalecer su comunicación”, subraya el sacerdote.
El retiro responde a las realidades que viven las parejas de hoy, explica el padre Jean. Por ejemplo, la influencia de los medios digitales en la relación, considerando que algunos novios se conocen por plataformas como Catholic Match u otro tipo de redes sociales, lo que puede llevar a un conocimiento más virtual que personal. También se reflexiona sobre la edad promedio al casarse, ya que muchas parejas lo hacen después de los 30 años, y cómo este momento de la vida puede generar presiones relacionadas con la fertilidad o con el deseo de formar una familia apresuradamente, recordando que el reloj biológico no se detiene.
Otros temas que se abordan son el verdadero compromiso que implica el Sacramento del Matrimonio, el conocimiento mutuo y los valores familiares que cada uno aporta, la convivencia y la comunicación cotidiana, la experiencia de vivir juntos antes del Sacramento del Matrimonio y si esto garantiza (o no) el éxito de una relación y el valor de la castidad como preparación para una entrega plena.
De esta manera, explica, el retiro no evade los temas difíciles, sino que se abordan las dificultades y retos que puede implicar una relación a distancia y el retiro les ofrece herramientas para ayudarlos a conocerse realmente y hacer un buen discernimiento.
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A lo largo de los años, muchas parejas han compartido sus aprendizajes en este retiro. Algunas han confirmado con alegría que están listas para casarse; otras, en cambio, han reconocido que necesitan esperar o que no es la persona adecuada.
De acuerdo con el padre Jean, entre los frutos más comunes que experimentan los novios es una comunicación más profunda, superando la superficialidad de las pláticas cotidianas, la capacidad de enfrentar conflictos con madurez y sin evasivas, un reencuentro con Dios y la Iglesia, que fortalece su camino de fe y la decisión consciente y no apresurada de casarse o de esperar.
“En algunos casos, las parejas han experimentado incluso una reconciliación con su fe, al descubrir que el matrimonio no es solo un contrato civil, sino un sacramento que transforma su vida”, explica.
El retiro no termina cuando los novios se van a casa el domingo, señala el padre Jean, pues uno de los grandes frutos del retiro es que ofrece acompañamiento posterior a la boda. Durante los primeros cinco años de matrimonio, las parejas pueden integrarse a comunidades de matrimonios jóvenes que reciben talleres y orientación de sacerdotes y matrimonios con experiencia.
Estos talleres abordan, de manera concreta, los desafíos de los primeros años de vida en común: la administración del hogar, la llegada de los hijos, la conciliación entre trabajo y familia, y la vida de oración en pareja. Todo ello en un ambiente de fraternidad, donde comparten sus luchas y alegrías con otros matrimonios.
El padre Carlos recomienda este retiro no como un requisito burocrático para casarse, sino como un auténtico medio de preparación. Incluso aconseja vivirlo antes de comprometerse formalmente, pues es más sencillo discernir antes de entregar un anillo.
“El matrimonio es para toda la vida. No podemos tomar una decisión así de manera apresurada. Este retiro ayuda a hacerlo con libertad, con fe y con madurez”, afirma el sacerdote.
El Movimiento Encuentro de Novios llegó a México en 1979. Hoy, con 45 años de presencia, cuenta con 35 sedes a lo largo de México, acompañando a miles de parejas en su camino de discernimiento. Su lema resume todo su espíritu: “La boda es un día, el matrimonio… toda la vida”.
Para más información sobre fechas, sedes y costos del retiro, puedes comunicarte con la sede de la Ciudad de México del Movimiento Encuentro de Novios:
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