¿Por qué Jesús hablaba en parábolas?

Sus discípulos se acercaron y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Él les respondió: “Es que a vosotros se les ha concedido conocer el misterio del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene se le dará y le sobrará, pero a quien no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque mirando no ven, y oyendo no oyen ni entienden” (Mt 13, 10, 13)

Esta pregunta que muchos se hacen, es la pregunta que los discípulos le hacen a Jesús en el evangelio de Mateo. Ellos piensan que el mensaje de Jesús en parábolas puede ser entendido por todos. Jesús les explicará que están equivocados. El mensaje profundo y liberador que encierran solo puede ser asimilado por aquellos que han hecho una opción radical por Él.

Es verdad que cualquiera puede entender las imágenes de las parábolas, su lenguaje es sencillo y cotidiano (la vida agrícola, la vida familiar, la vida pastoril, etc.), pero sólo el que sigue a Jesús, el que ha dejado todo para ir tras Él tiene la clave para entenderlas espiritualmente. A estos, Dios mismo les revela los secretos del Reino. No es que Jesús discrimine entre discípulos y gente, sino que la distinta situación de unos y otros con relación a Él hace que el conocimiento y la experiencia del reinado de Dios sean diferentes en ambos: los discípulos, que le han seguido, ya han hecho experiencia de las enseñanzas del Maestro en el sermón del monte, ya viven de algún modo la libre y definitiva opción por la pobreza y viven la actitud de la renuncia a las riquezas y el generoso compartir con los que nada tienen, en diferentes niveles viven la mayor justicia, ya son luz del mundo y sal de la tierra, ya luchan coco a codo con Jesús para acabar con la opresión y la injusticia. Por eso aparecen revelados a sus ojos los misterios del reinado de Dios en la tierra.

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En cambio, la gente que no ha hecho una opción por Jesús, que intuye tal vez que en Él están las palabras de vida, que su propuesta es la única que puede llevar a la vida plena, pero que no se atreve a dar el paso a dejarlo todo para responder a su llamado, tiene que recibir el mensaje del Reino mediante analogías, imágenes, comparaciones entre la vida cotidiana y los misterios profundos de la vida en el Espíritu para que se sientan interpelados y tal vez decidan empezar a caminar tras Jesús y empezar a recorrer los senderos maravillosos del Reino.

Para ello, tendrán que abandonar sus viejos esquemas religiosos, sus ideologías de poder, de prestigio, de avaricia, de dominio, de idolatría y cambiar de mentalidad y adherirse con todas sus fuerzas a Jesús y su proyecto liberador. De otro modo, aunque escuchen a Jesús, presencien su actividad y la admiren, no podrán entender su mensaje. El Evangelio del Reino antes que ser una doctrina es una forma de vida. Y vivir de esa forma permite ir conociendo verdades que ningún ojo vio ni oído alguno escuchó.

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¿Qué significan las parábolas de Jesús?

*Jorge Arévalo Nájera es Director de la Dimensión de Biblia y Extensión Formativa de la Arquidiócesis Primada de México.

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