Basílica de San Juan de Letrán. Fotos: María Langarica.
Muchas personas, incluso católicos, creen que la catedral del Papa es la Basílica de San Pedro, pero no es así. La verdadera Catedral de la Diócesis de Roma y, por lo tanto, de su Obispo, el Papa León XIV, es la Basílica de San Juan de Letrán.
De hecho, el Santo Padre presidió una Misa desde Letrán, en la que tomó posesión de la Cátedra, un paso fundamental desde su elección, pues el Sucesor de Pedro es, fundamentalmente, el Obispo de Roma.
Pero hay muchas razones por las que la Basílica de San Juan de Letrán tiene gran relevancia en la Iglesia Católica. Aquí te contamos 5 de ellas:
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Como ya se ha explicado, San Juan de Letrán es la catedral del Obispo de Roma, es decir, del Papa. Aunque San Pedro es más famosa y monumental, la verdadera sede papal está en Letrán.
El pasado domingo 25 de mayo de 2025, el Papa León se sentó en la cátedra -la silla episcopal de la basílica- en cuya base hay un bajorrelieve original que muestra cuatro animales feroces, inspirados en el Salmo 90: “Caminarás sobre leones y dragones, víboras y serpientes”.
Su título oficial es: “Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput” , en español “Madre y cabeza de todas las iglesias de la Ciudad y del mundo”.
Esta basílica no es solo es la más antigua del mundo, sino que tiene mayor rango entre las cuatro Basílicas Papales de Roma, incluso por encima de San Pedro y, por lo tanto, también de Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.
La Basílica de San Juan de Letrán surgió en el siglo III y fue consagrada por el Papa Silvestre I (San Silvestre) en el año 324.
Su nombre real es Archibasílica Papal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán, pero se conoce comúnmente como San Juan de Letrán por estar consagrada a los dos santos más importantes que llevan ese nombre, fundamentales en el cristianismo.
Fue la sede principal de la Iglesia Católica durante más de mil años desde el siglo IV, cuando cesó la persecución contra los cristianos, hasta el siglo XIV, cuando los Papas se mudaron al Vaticano.
De hecho, la residencia de los Pontífices estaba ubicada en el Palacio de Letrán, ubicado a un costado de la Basílica.
En San Juan de Letrán se realizaron cinco concilios importantes de la Iglesia, entre ellos el IV Concilio de Letrán (1215), uno de los más influyentes en la historia de la Iglesia Católica.
En su interior reposan los restos de más de una veintena de Papas de diferentes épocas, desde Juan IX, quien estuvo al frente de la Iglesia entre los años 898 y 900 hasta el gran León XIII, renovador de la Iglesia y de quien tomó su nombre el Santo Padre León XIV.
Cabe mencionar que en el altar mayor hay reliquias de San Pedro y San Pablo, los grandes santos de la Iglesia.
San Juan de Letrán no es solo un tesoro histórico y arquitectónico, sino un símbolo vivo de la unidad de la Iglesia, su historia y su fe en Cristo.
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