Al signarnos dibujamos tres cruces sobre nosotros.
Cuando nos signamos dibujamos tres cruces sobre nosotros: una pequeña sobre la frente, una sobre la boca y una sobre el pecho y decimos: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro.
Muchas personas acostumbran signarse al menos una vez al día, generalmente por la mañana. De igual forma hay padres que signan a sus hijos. Pero, ¿por qué lo hacemos?, ¿debería ser una costumbre diaria? ¿quiénes son los enemigos de los que estamos pidiendo protección?
El padre Víctor Jiménez de la Arquidiócesis Primada de México resuelve estas dudas sobre la importancia de signarse.
Cuando nos signamos le pedimos a Dios que nos libre de los enemigos visibles e invisibles. Según la tradición, los enemigos de los que pedimos protección son los siguientes:
Es decir lo que está en el exterior, en las estructuras de la sociedad que va en contra de los planes de Dios.
Con quien luchamos siempre, “en todas nuestras batallas espirituales el demonio se hace presente porque no quiere que estemos cerca de Dios”, explica el sacerdote Víctor Jiménez.
Este ‘enemigo’ son nuestras batallas internas. “Todos tenemos defectos con los que tenemos que estar lidiando, esos son nuestros propios enemigos”. Por ejemplo un alcohólico rehabilitado lucha todos los días por ser mejor y no volver a la bebida. O una persona iracunda lucha por dominar su caracter cada día.
Los enemigos de los que pedimos protección “no necesariamente son alguien que nos persigue”.
Tal como la bendición de los padres a los hijos, signarse diario y signar a nuestros seres queridos es una buena práctica si sabemos lo que esto significa.
“Muchas personas cuando van a comenzar el día se signan o algunos cuando pasan frente al templo”, explica el padre.
“Cuando te signas estás haciendo conciencia de que la vida de todos los días es una lucha espiritual contra los pecados que están en el mundo y contra tus propios pecados. Estás pidiendo que Dios te dé fuerza para librar la batalla espiritual de este día”.
Por ello signarse a diario es una buena práctica. Y signar a los demás, también.
De hecho cuando los papás signan a sus hijos están pidiendo a Dios protección contra los males que los puedan afectar.
¿Y tú te signas a diario? ¿Sabes la diferencia entre signarse y persignarse?, te la explicamos en esta nota:
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