¿Por qué en las obras de arte Adán tiene ombligo? Esta es una pregunta que muchas personas se hacen.
Lo primero que debemos recordar es que, desde los primeros años del cristianismo, pero sobre todo en la Edad Media y en el Renacimiento, los pintores fueron importantes evangelizadores que reprodujeron en sus cuadros pasajes bíblicos como una herramienta pedagógica, estética y de comunicación.
Pero, por más que los artistas fueron asesorados por frailes y personas versadas sobre las Sagradas Escrituras, se llegaron a cometer errores como es el caso de pintarle a Adán y a Eva ombligos, cuando el primero fue creado con barro, sobre el cual sopló Dios, y ella fue creada de una costilla de él, según narra el Génesis.
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Sin duda, en ambos casos el ombligo fue pintado como una libertad estética que se tomaron grandes personajes del arte, como Miguel Ángel en la Capilla Sixtina; Alberto Durero, en un óleo sobre madera de 1507; el veneciano Tiziano, en 1550; Rubens, en el siglo XVII; Masaccio, en un fresco sobre un muro, o Tintoreto, entre otros.
También hubo artistas más apegados a las escrituras, y así, en algunos cuadros se ve a Eva saliendo de la costilla de Adán; sin embargo, esto no fue impedimento para que al primer varón de la humanidad le dibujaran un redondo ombligo.
Entre los temas del Génesis más recurrentes están la tentación de Eva, el pecado de desobediencia a Dios, el encuentro de Adán y Eva con Dios y cómo descubren su desnudez, y la expulsión del paraíso por haber pecado.
Estos mismos temas bíblicos fueron interpretados por escultores en las fachadas de algunas catedrales y templos; e incluso, han inspirado música y danzas.
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Los pintores también fueron quienes se tomaron la libertad de pintar un manzano para representar el árbol del bien y del mal, pero la Biblia, en ninguna parte menciona de qué tipo era este árbol, sobre el cual estaba la prohibición de Dios de comer de su fruto. Más aún, la manzana ni siquiera es un fruto propio de oriente medio, sino más bien las aceitunas, los higos y las uvas.
El Génesis (2; 15) dice textual al referirse al árbol del bien y del mal:
“Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.” Luego, en voz de Eva, dijo: “Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín.”
La manzana de la discordia es propia de la mitología griega y aparece en la historia de París, y de la manzana para “la más bella”, que desembocó en la guerra de Troya; y estas historias pudieron inspirar a los pintores para representarla como el fruto prohibido del paraíso. También la leyenda de las tres manzanas doradas que daban inmortalidad a los dioses y aparece en la mitología nórdica.
No es la manzana, ni ningún otro fruto, lo que Dios condenó, sino el pecado de la desobediencia a su mandato, y ésta fue la causa del llamado Pecado Original, al cual Cristo vino a redimir con su muerte en la cruz.
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