Esta es una oración al Señor del Veneno o también llamado Cristo Negro, quien tiene muchos devotos debido a los milagros concedidos. Por ello, si tú o alguien que conoces atraviesan por una situación en la que necesiten de su ayuda, con esta bella oración puedan hacer su petición:
Si además de la oración al Señor del Veneno o Cristo Negro, quieres saber más de su historia da un clic aquí
Oh, Señor mío, postrado ante ti, e indigno como soy, quisiera platicar contigo. Vengo a ofrecerte mi vida con todos sus problemas, mi alma con sus imperfecciones y mi cuerpo con sus limitaciones.
Todo es tuyo Señor, te pertenece, haz con ello lo que quieras, porque yo en ti creo, en tu bondad confío y en tu misericordia espero.
¿Qué podría yo ofrecerte sino este corazón en el que es tibia la fe. Es débil la esperanza y falta tanta caridad y amor por mi prójimo?
¿Qué podría yo pedirte? Conoces mis necesidades aun aquellas que son puramente secundarias.
Cuánto habrás de perdonarme. Tú conoces mis pecados porque he caído, gran Dios, pero con tu amor habré de levantarme.
Agradezco de ti los dones recibidos, me los diste Señor por tu gran misericordia, porque de méritos nada habría recibido.
Quiero estar ante ti y ver tu cuerpo escarnecido, por mí, Señor, por mis pecados, y pedirte entonces quiero:
• Que las llagas de tus pies guíen los míos al buen camino.
• Que las llagas de tus manos extiendan las mías hacia las buenas obras.
• Que las heridas de tu frente libren la mía de malos pensamientos.
• Que la herida de tu costado, haga nacer en mi corazón los buenos sentimientos.
• Que la amargura que sentiste al probar hiel y vinagre cierren mis labios a ofensas, mentiras y difamaciones.
• Que toda tu vida, dolor y muerte sean guía, y lleno de amor cumpla tu voluntad bendita.
Infúndeme Señor tu gran paciencia, para aceptar lo que soy, como estoy y lo que tengo, y entender que si algo más espero, no me lo has dado porque a mi alma no conviene.
Quiero Señor que cada día aumente en mí, el amor a tu Santísima Madre que es la mía, y que el ejemplo de santos mártires aumenten mis virtudes.
Quédate conmigo por siempre, Señor, te necesito: habrás de darme fuerza cuando se haga necesario, para luchar por ti, por mis hermanos,
perseverando en tu divina gracia, hasta que quieras tú fijar el fin de mi jornada. Amén.
Catedral Metropolitana de México
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