Padre Bueno,
te rogamos por todas aquellas madres
que ya han partido hacia la eternidad, hacia tu presencia.
Dales, Padre bendito, el premio que merecen
por todos sacrificios, desvelos y cuidados hacia sus hijos.
Atiende, como siempre, sus súplicas de intercesión por nosotros
y llena de alegría y gozo sus corazones.
Y, te lo rogamos, hazles sentir todo nuestro amor
y hazles saber cuánto deseamos algún día estar con ellas y contigo.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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