Campana de Dolores en Palacio Nacional. Foto Especial
La Campana de Dolores, la más famosa de México y considerada el primer símbolo nacional, está consagrada a San José, protector universal de la Iglesia y custodio de la Sagrada Familia. Para la Iglesia, el repique de campanas simboliza plegarias, por lo que, desde hace casi 123 años, en cada fiesta de Independencia de México se invoca la intercesión de San José para proteger a la nación.
Cuando Miguel Hidalgo y Costilla llamó al pueblo para iniciar la lucha por la Independencia de México en 1810, tocó la campana de su parroquia y, sin proponérselo, puso la causa bajo el amparo de San José. Desde entonces, su repique se convirtió en un símbolo de esperanza y libertad.
Carruaje alegórico transportando la Campana de Dolores a la Ciudad de México. Foto Archivo General de la Nación
Fundida en 1768 por el cura Atanasio Sánchez Villela, la campana fue bautizada como “Esquilón de San Joseph”, aunque popularmente se le conoce como Campana de Dolores. Su decoración incluye dos franjas en alto relieve: una con la inscripción “San Joseph” y otra con la fecha de fundición, 22 de julio de 1768, además de un rombo que forma una cruz.
La Campana de Dolores mide 1.06 metros de diámetro mayor y 77 cm de altura, y tiene un peso aproximado de 1.8 toneladas. Está hecha de una aleación de 90% cobre, 9.7% estaño y 0.3% plata, con algunas huellas de oro, según un análisis realizado en 1960 para la creación de réplicas.
El 14 de septiembre de 1896, la campana llegó al Palacio Nacional, tras un recorrido desde Guanajuato. Un día después, durante la celebración de la Independencia, el presidente Porfirio Díaz dispuso que la campana se hiciera sonar cada año para recordar a los patriotas que iniciaron la emancipación de México.
La Campana de Dolores es en realidad un esquilón, un cencerro de gran tamaño con contrapeso de encino, utilizado para convocar a actos religiosos y mantenerla estable al colgarla. Se instaló por primera vez en una estructura de madera en 1768, y en abril de 1777 se colocó en el primer cuerpo de la torre oriental de la parroquia de Dolores. Es probable que los primeros en tocarla fueran Francisco Licazo y, más tarde, “El Cojo Galván”, bajo las órdenes de Miguel Hidalgo.
El templo de Dolores, de estilo churrigueresco, comenzó a construirse en 1712 y se terminó en 1778. Cuenta con dos torres de tres cuerpos, retablos de madera dedicados a San José y un altar mayor reemplazado entre 1871 y 1873 por Zeferino Gutiérrez. Cuando la Campana de Dolores fue fundida, Miguel Hidalgo y su hermano José Joaquín iniciaban sus estudios para sacerdote en Valladolid. Más tarde, Miguel Hidalgo se hizo cargo del curato de Dolores en 1803, siendo él quien tocaría la campana para convocar al pueblo mexicano a la Independencia.
Hoy, la Campana de Dolores en el Palacio Nacional sigue siendo un símbolo histórico de libertad, fe y la participación de México bajo el amparo de San José, recordando cada año la valentía de quienes lucharon por la independencia de la nación.
Fuente: Archivo General de la Nación, doloreshidalgo.gob.mx
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