El Papa Francisco ha adquirido fama de ser un pontífice que de repente sale del Vaticano a andar por las calles de Roma sin que la gente se entere; sin embargo, el hecho de que el mundo hable de eso, dice mucho de que no le ha salido bien el plan.
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Caso muy diferente el de Su Santidad Juan Pablo II, quién -hoy se sabe- andaba entre muchas personas sin tener que detenerse a saludar, ya que sabía bien cómo hacerlo.
La fama del Papa Francisco -como él mismo lo comentó en una entrevista con el padre Guillermo Marcó para la plataforma Spotify-, básicamente tiene que ver con dos salidas que hizo: la primera cuando visitó, en tiempos prepandémicos, una óptica en la Vía Babuino en el centro de Roma; y la segunda, cuando, a mitad de la pandemia, acudió a la tienda de discos “Stereosuound”, ubicada en la Vía della Minerva.
El Papa Francisco dijo al padre Gillermo Marcó que las dos veces lo pillaron infraganti. Ambas salidas del Vaticano las hizo en invierno, a las siete de la tarde -dijo-, porque “es un momento en que no pasa nada, todo está oscuro”. Señaló que cuando visitó la óptica, una señora gritó desde un balcón: “¡El Papa!”, y todo se acabó.
Y en su visita a la tienda de discos “Stereosound” -dijo-, tuvo la “mala suerte” de que un periodista que esperaba a un amigo en un sitio de taxis cercano, lo alcanzó a ver. Y es que si el Papa Francisco algo extraña de los tiempos pretéritos, es que en Argentina podía abordar un autobús o “callejear” por Buenos Aires con entera libertad.
El que definitivamente sí lograba trascender los límites del Vaticano sin llamar la atención -dijo el Papa Francisco al padre Guillermo Marcó-, era san Juan Pablo II, y es que él para eso él “se las arreglaba”.
El Papa Francisco refirió que a Su Santidad Juan Pablo II le encantaba esquiar, y ya que a unos 100 kilómetros del Vaticano hay una posibilidad de practicar ese deporte, solía ir para allá. “Se iba con el gorro de esquí, que le cubría la cara y nadie le reconocía”, aseguró en dicha entrevista con el padre Guillermo Marcó.
Cabe señalar que san Juan Pablo II era un gran deportista, además del esquí, practicaba el canotaje, la natación y el futbol, deporte en el que ocupaba la posición de arquero. Además, cuando joven le encantaba escalar montañas y acampar, y tenía varios pasatiempos, como leer y escribir poesía.
Como pontífice, Juan Pablo II fue reconocido por su gran actividad, sobre todo en el tema de sus viajes apostólicos, ya que llegó a sumar 104 visitas fuera de Italia, por lo cual recibió el calificativo de “Papa viajero” o “Papa peregrino”.
Con información de Zenit
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