Sabías que

¿La discapacidad es castigo de Dios?

Un elemento fundamental en el mensaje y la vida de Jesús de Nazaret fue la liberación de formas de pensar erróneas que las personas tenían acerca del misterio de Dios, del misterio del ser humano y de las relaciones entre los hombres con Dios y de los hombres entre sí.

Jesús nos enseñó lo que es ser misericordioso

Uno de los errores más comunes y contra el cual luchó Jesús fue el de considerar que las enfermedades (y la discapacidad en cualquiera de sus formas era considerada en aquel tiempo como enfermedad) eran castigo de Dios por el pecado cometido, ya sea de la persona enferma o de sus ancestros.  

Jesús nos revela, por el contrario, a un Padre bueno, tierno y misericordioso, que hace llover su bendición sobre buenos y malos, sobre justos e injustos. Él no quiere que el hombre sufra o esté enfermo. Esto nos lo muestra Jesús sanando enfermos e incluyendo entre los invitados a su mesa a toda clase de personas consideradas pecadores (enfermos, prostitutas, recaudadores de impuestos, etc.). Él, simplemente, no es capaz de discriminar o excluir a nadie; el Reino de Dios es para todos, sin excepción.

Esto lo  muestra plásticamente el evangelio de Marcos 2, 1-12 cuando nos narra el pasaje de la curación del paralítico que llevan entre cuatro ante la presencia de Jesús; al llegara  la casa donde está el Maestro los cuatro no pueden entrar por la puerta, suben al techo, abren un boquete y descuelgan desde allí al paralítico para que se encuentre con Jesús. La enfermedad era un estigma de pecado, nadie quería entrar en contacto con los enfermos por temor a contagiarse con la impureza.

Estamos llamados a acoger a las personas con amor

Para los cuatro (símbolo de los discípulos, de la Iglesia) que cargan al paralítico y más aún para Jesús, lo único que importa es acoger al enfermo con amor, sanarlo, devolverle la dignidad, incluirlo nuevamente en la sociedad. Y es así como Jesús lo sana, lo empodera y lo envía al mundo para que dé testimonio del amor del Dios liberador. Los discípulos de Jesús estamos llamados a ir, como Jesús, haciendo el bien a todos los que hoy son expoliados, excluidos y discriminados, para mostrarles que todos somos iguales, todos hijos de un mismo Padre.

Jorge Arévalo Nájera

Jorge Arévalo Nájera es director de la Dimensión de Biblia de la APM, licenciado en Ciencias Religiosas por la Universidad La Salle y maestro en Ciencias de la Educación Familiar por el Instituto de Enlaces Educativos CDMX. Docente en La Universidad L Salle, IMDOSOC y diversas instancias formativas en el área de Teología Y Biblia.

Entradas recientes

¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…

3 horas hace

Evangelio y lecturas de la Misa del II Domingo de Adviento 2024

“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…

8 horas hace

La salvación y el Año Jubilar 2025

El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…

10 horas hace

Historia del aborto: de Margaret Sanger al feminismo contemporáneo

Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…

1 día hace

Para servirle

‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…

1 día hace

Exposición en féretro y sin 3 ataúdes: Vaticano aprueba nuevas reglas para los funerales papales

El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…

1 día hace

Esta web usa cookies.