El Espíritu Santo. Foto: Cathopic
La paz, uno de los 12 frutos del Espíritu Santo, no consiste simplemente en vivir sin conflictos, pues Dios no quita a los suyos las tribulaciones ni las persecuciones, aseguró el Papa Francisco en la Solemnidad de Pentecostés de 2019.
“La Paz -aseguró- consiste en recibir al Espíritu Santo (…) Es una armonía tan profunda que puede transformar incluso las persecuciones en bienaventuranzas”.
La paz cristiana, agregó el Santo Padre, asemeja el corazón al mar profundo, que siempre está tranquilo, aun cuando la superficie está agitada por las olas.
“Cuántas veces nos quedamos en la superficie. En lugar de buscar el Espíritu tratamos de mantenernos a flote, pensando que todo irá mejor si se acaba ese problema, si ya no veo a esa persona, si se mejora esa situación. Pero eso es permanecer en la superficie: una vez que termina un problema, vendrá otro y la inquietud volverá”.
“El camino para tener tranquilidad no está en alejarnos de los que piensan distinto a nosotros, no es resolviendo el problema del momento como tendremos paz. El punto de inflexión es la paz de Jesús, es la armonía del Espíritu”.
En la actualidad, con las prisas que nos impone nuestro tiempo, parece que la armonía está marginada y buscamos siempre soluciones rápidas o emociones para sentirnos vivos.
“Pero lo que necesitamos sobre todo es el Espíritu: es Él quien pone orden en el frenesí. Él es la paz en la inquietud, la confianza en el desánimo, la alegría en la tristeza, la juventud en la vejez, el valor en la prueba”, finalizó.
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