El Papa León XIII hizo una oración a san Miguel Arcángel luego de tener una visión. Foto Especial.
Conoce qué oración a san Miguel Arcángel escribió un Papa para pedir protección y cuál es su historia.
San Miguel Arcángel, cuya festividad se celebra cada 29 de septiembre, está considerado como el protector del pueblo de Dios y quien logró vencer al diablo, razón por la cual se le pide, por medio de diversas oraciones, su intercesión para protegernos de la perversidad y la maldad.
Pero, ¿sabías que una de las más importantes oraciones a san Miguel Arcángel fue realizada por un Papa luego de que tuviera una visión en la el diablo entraba a una iglesia?
De acuerdo con la tradición, el Papa León XIII asistió, a finales del siglo XIX, a una Misa de Acción de Gracias cuando de repente levantó su cabeza y dirigió su mirada sobre la cabeza del sacerdote celebrante, manteniéndose inmóvil y sin parpadear por unos momentos.
Según los relatos, el Sumo Pontífice habría tenido una visión en la que presenció cómo satanás entraba por el techo de la parroquia y tuvo un encuentro con Dios para solicitarle que le diera un siglo de libertad para poner a prueba a la Iglesia.
De acuerdo con un testimonio escrito atribuido al padre Domenico Pechenino, después de que el Obispo de Roma tuviera esa revelación, confío lo que habría visto:
“Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar a todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás le pidió permiso a Dios de tener 100 años para influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo”.
Según la narración, el Papa León XIII dijo que vio aparecer a san Miguel Arcángel y lanzar a Satanás al infierno; de inmediato el pontífice se encerró en su oficina y salió con la oración dirigida al Arcángel, que ordenó se imprimiera y enviara a todos los obispos diocesanos del mundo, para que se rezara al final de las misas.
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la lucha,
sé nuestro amparo contra la perversidad
y asechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder,
es nuestra humilde súplica;
y tú, oh príncipe de la milicia celestial,
con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás
y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén”.
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