Ante la costumbre de algunas personas que han perdido a un familiar o ser querido de recurrir con individuos que supuestamente pueden tener contacto con los difuntos, el padre José Alberto Medel, miembro del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México, nos advierte de los riesgos que implica caer en dicha práctica.
En entrevista con Desde la fe, el sacerdote aseguró que así como no es posible que un alma venga al mundo, tampoco es posible que alguien sea capaz de poder entablar un diálogo con un difunto, por lo que quienes afirmen tener ese supuesto “don”, son unos charlatanes.
El padre Medel recordó que en el Evangelio encontramos un pasaje donde Jesús relata la historia de un rico y un pobre llamado Lázaro. En esa historia hay un diálogo del padre Abraham con el rico, donde éste último le pide a aquel que mande a Lázaro a advertirles a sus familiares vivos, porque para este momento ya está muerto y condenado, de las consecuencias de sus malas decisiones, de sus avaricias, de olvidarse de los pobres, de lo que lo llevó a él a la condenación. Que les advierta que si siguen por ese camino llegarán a donde está el rico condenado.
En ese diálogo, el padre Abraham dice al rico una expresión que, primero hay que interpretarla en la trama misma, pero que también es muy reveladora: “no, entre ustedes y yo hay un abismo; entre ustedes y nosotros hay un abismo en el que nadie puede ir para allá, ni nadie de aquí para allá”.
Este pasaje, indicó el exorcista, “nos deja una enseñanza y es que el lugar donde están los muertos, el lugar donde están las almas, es infranqueable entre ellos y nosotros, es decir, que no es posible que un alma, que el alma de un difunto, venga al mundo de los vivos”.
Durante la entrevista el padre aseveró que la fe de la Iglesia proclama con total seguridad que no hay manera de que un muerto venga, sino que en todo caso puede ser algún santo, pero eso es una gracia especial que el Señor concede.
Dicha gracia, continuó, es que a veces algún santo pueda venir al mundo de los vivos y manifestarse, “pero son cosas absolutamente excepcionales que la Iglesia, cuando tiene noticias de ello, lo estudia minuciosamente para decir que eso es verdad”.
“Pero fuera de estos casos, en los que puede haber manifestaciones de santos, es para la Iglesia imposible que un alma ande en pena y, mucho menos, que se manifieste. Esta afirmación que hago es importante que no la perdamos de vista, porque es el fundamento de lo que se llama la mediumnidad, o sea, esta cuestión de los médiums, donde ellos dicen poder invocar a los muertos y ser el canal, de ahí su nombre médiums, el medio, a través del cual se puede manifestar algún muerto”, señaló.
El padre José Alberto Medel aseguró que para nuestra fe católica y cristiana, es algo absolutamente imposible que una persona pueda tener contacto con los difuntos.
“Por lo tanto, en principio, un médium es un charlatán, no puede en absoluto comunicarse con los muertos ni mucho menos ser el mediador de una comunicación entre los vivos y los muertos. Esto es imposible, de acuerdo a nuestra fe, por lo tanto la práctica de los médiums es absolutamente una charlatanería”, subrayó.
De lo que sí existe un gran posibilidad, aseveró el sacerdote, es que algún médium sea poseído por el demonio y que este pueda fingir la voz de un muerto para hacerle creer a una persona, que utiliza el servicio de un médium, que está hablando con su difunto, al que ha invocado, “eso sí es posible”.
“Pero en este caso, como ya decía, no es que el alma de un difunto se manifieste a través de un médium, sino que es el demonio, padre de la mentira, de tal manera que es capaz de fingir la voz no solo de un muerto, sino de un santo, de la Santísima Virgen, para engañar.
“Pero no es más que un engaño del demonio a través de una posesión, un médium puede estar poseído, y en un trance el demonio puede fingir que un muerto ha venido y está hablando a través de ese médium, pero es un engaño del demonio, nunca es un alma, jamás será un santo y menos la Santísima Virgen, se trata de una verdadera posesión”, advirtió.
El integrante del Colegio de Exorcistas advirtió que si un cristiano, un católico, va en busca de un servicio de un médium, podrá enfrentar una de dos posibilidades, o se encuentra con un charlatán, que va a hacer un gran espectáculo para fingir algo que es imposible, ser el medio de manifestación de un muerto.
O, la otra posibilidad, es que ese médium esté poseído por el demonio y en una sesión de esta naturaleza lo que entra en trance es una persona endemoniada y es el demonio el que se manifiesta fingiendo ser un difunto, incluso hasta imitando su voz.
“Por eso el que escucha al médium hablar piensa que está escuchando a su difunto, porque el demonio puede hasta tal grado fingir la voz del difunto al que se invoca, pero no es un alma, no es un difunto que se está manifestando, es el demonio que ha poseído al médium y que lo usa fingiendo la voz incluso del difunto invocado, para hacer creer que el médium tiene un poder, que es posible este tipo de cosas y que efectivamente la gente escucha a su difunto. Pero esto es un engaño de satanás”, aseguró.
Por lo anterior, continuó el padre Medel, un cristiano no puede en absoluto, jamás, recurrir a un médium, porque es una falta de fe, es una falta contra el primer mandamiento del decálogo, y “nosotros no podemos tentar a Dios y menos pretender que a través de la mediación de una persona venga un difunto”.
En este sentido, agregó que los difuntos, como dice la palabra de Dios en el Libro de la Sabiduría, están en las manos de Dios, por lo tanto, ellos no tienen nada a qué venir, “no andan ni de almas en pena, ni cualquiera de otras creencias que la gente tiene, ni mucho menos manifestarse a través de un médium”.
Por lo tanto, aseveró, una persona que pretende invocar a un difunto a través de un médium comete un atentado contra la divina bondad de Dios “que tiene a los difuntitos en donde Él sabe que los tiene y, por lo tanto, no se andan manifestando”.
Quien practica esto, reiteró, atenta contra el primer mandamiento de la Ley de Dios y además es engañado porque no existe esta posibilidad de invocar a los difuntos por ningún médium y está el otro caso, que sería más grave, que una persona se acercara a un médium que está poseído por el demonio y que en un trance el demonio finja la voz de un difunto para hacerle creer que el médium tiene poder.
“Y esto es todavía más grave, porque es una persona poseída y esta persona, la que va al servicio del médium, está usando medios que la ponen en un gran riesgo porque está nada menos que en contacto con el mismo demonio que posee a un médium y esto es también un pecado grave que, además de atentar contra el primer mandamiento, pone en riesgo a quien practica estas cosas”, señaló.
“Así es que”, concluyó el padre Medel, “un cristiano no puede nunca acercarse a los médiums, o porque será engañado o porque se pone en peligro de un influjo directo del demonio por recurrir a un médium que está poseído y que le hace creer que tiene un poder, pero no es otra cosa más que el demonio que se manifiesta a través de él y esto constituye un auténtico peligro para su alma, porque aunque no se exime que pueda llegar a ser poseído, abre la puerta para una acción extraordinaria del demonio en su vida y eso es algo muy grave”.
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