Este 2020 es un año bisiesto, es decir, febrero tiene 29 días, un día más que en los demás años, lo que significa que se cumple aquel refrán que dice a cada capilla le llega su fiestecita, y dos de estos santos serán recordados en su día.
De acuerdo con el libro La Flor de los santos, de Omer Englebert, se trata de San Gregorio de Narek (944-1010), quien nació en Armenia y es considerado entre los grandes poetas de la literatura universal; sus obras se encuentran en el Libro de las oraciones que contiene cerca de 20 mil versos.
San Gregorio ingresó de joven al monasterio de Narek que gobernaba Ananías el Filósofo, quien era su tío materno, y en este claustro pasó toda su vida, pero apenas fue ordenado sacerdote, recibió el encargo de formar a los novicios, tanto en su convento como en los vecinos.
Movido por celos que provocaba su talento, fue acusado de herejía, pero, esta calumnia no procedió, y murió con fama de santidad.
El otro santo que será recordado el 29 de febrero es el beato Augusto Chapdelaine, quien nació en 1814, en La Rochelle, Francia, y fue ordenado sacerdote en 1843. Entró a las misiones extranjeras de Paris en 1851 y fue enviado a China en 1852, en donde murió a finales de febrero de 1856.
Sin ayuda de nadie, este religioso fundó una comunidad cristiana en Kuang Si, que llegó a tener a varios centenares de fieles, por lo que contribuyó enormemente en la evangelización del país.
Por sus cartas se desprende que era un hombre solitario y que practicaba las virtudes en grado heroico, siempre en espera del martirio que tarde o temprano ocurriría, y en efecto, él fue martirizado por su fe.
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