El Santo Cura de Ars nació en Francia en el año 1786, y durante su ministerio combatió contra el maligno en muchas ocasiones; además, Dios le concedió un poder especial para expulsar demonios. En este artículo te compartimos el consejo de este gran santo contra las tentaciones.
De sus continuas luchas contra el diablo, el Santo Cura de Ars, san Juan María Vianney, ha dejado varias enseñanzas.
La primera de ella es que el cristiano debe tener en cuenta que no existe ningún lugar en el mundo donde se pueda escapar de esta lucha, pero siempre se logrará la victoria si se cuenta con la gracia de Dios, que proviene de los Sacramentos.
Otra enseñanza del santo Cura de Ars es que el demonio tienta de manera particular a las almas que quieren superar el pecado y a aquellas que viven en estado de gracia, pues no necesita tentar a las otras.
El santo patrono de los párrocos también enseñaba que un cristiano debe estar siempre atento para ver si el enemigo le está preparando alguna trampa, y para ello, es fundamental pedir la ayuda del ángel de la guarda.
Sin embargo, el Santo Cura de Ars, tenía un “secreto” para “poner en bancarrota al demonio”: privarse en el comer, en el beber y en el dormir”. El padre Ángel Espinosa de los Monteros nos lo explica en el siguiente video.
El sacerdote Legionario de Cristo explica que el Cura de Ars fue directo a la abnegación. “¿Tienes una tentación? Abniégate (sacrifícate) en comer, beber y dormir”, dice.
¿Quién nos lo está diciendo? -continúa el sacerdote- nada más y nada menos que una persona que luchó contra el demonio y que superó las tentaciones personales de esta manera.
Por ello, el padre Espinosa de los Monteros pide preguntarse, cada quien, cuántas horas dedica diario a dormir, si se levanta de la mesa hasta que ya comió todo lo que pudo, o qué tanto abusa del refresco o del alcohol.
Aseguró que, si una persona logra privarse de estas tres cosas, el demonio se declarará en bancarrota, pues Dios le da a la persona su gracia, su fortaleza, ya que ve el sacrificio que está realizando: “porque, pudiendo dormir más, duerme menos; pudiendo comer más, se queda sin satisfacer todos sus gustos; y pudiendo beber más, sólo bebe una copa”.
Y concluyó:
Si tienes alguna tentación que no has podido superar, escucha a San Juan María Vianney, y abniégate de comer, beber y dormir, y tendrás la fortaleza de Dios.
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