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¿Cómo tratar la ansiedad en los jóvenes? 4 consejos de un experto

La ansiedad ha sido descrita como un monstruo de mil caras, capaz de transformarse en diversos temores que habitan las mentes jóvenes. En un mundo lleno de cambios rápidos y expectativas crecientes, no es sorprendente que los jóvenes se encuentren luchando con este sentimiento; sin embargo, a pesar de que la ansiedad puede ser un reto formidable, también es un desafío que se puede enfrentar con las herramientas adecuadas, incluyendo la fe.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo humano a situaciones percibidas como amenazantes; según Hans Selye, uno de los pioneros en el estudio del estrés, “no es el estrés lo que nos mata, sino nuestra reacción a él”. Este concepto es esencial para comprender que la ansiedad, en sí misma, no es el enemigo, sino la manera en que nos relacionamos con ella, por ello comprender este sentimiento como una respuesta humana normal puede ser el primer paso para controlarlo y superarlo.

¿Cómo calmar la ansiedad?

1. Una de las estrategias más efectivas para calmar la ansiedad es buscar apoyo en una comunidad lo que se alinea con el espíritu comunitario presente en muchas enseñanzas católicas. La tradición invita a compartir nuestras cargas con otros, encontrando consuelo y consejo en la compañía de amigos, familiares y líderes espirituales, tal y como lo señaló San Agustín, “la amistad de las personas, con su vínculo de afecto, es también dulce por traer la unidad de muchos corazones”, una red de apoyo no solo ofrece amor y comprensión, sino que también ayuda a aliviar el estigma asociado a la ansiedad, haciendo más fácil para los jóvenes buscar ayuda sin miedo al juicio.

2. Desde el punto de vista espiritual, la oración es una herramienta fundamental, por ello es importante dedicar tiempo para la oración y la meditación puede ofrecer una pausa restauradora de las preocupaciones diarias. La actividad de rezar no sólo fortalece la conexión con Dios, sino que también proporciona un espacio para reflexionar y reconocer los propios sentimientos.

Según el apóstol Pablo, “por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes” (Filipenses 4,6-7). Este pasaje resalta la importancia de la gratitud y el poder transformador de la oración como medios para encontrar paz en medio de la tormenta.

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El arte de vivir el presente

3. Además, practicar la atención plena, técnica formidable para gestionar la ansiedad, ya que puede integrarse fácilmente con la meditación y la oración, y enseña a concentrarse en el momento presente sin juzgar. Al enfatizar vivir en el ahora, podemos romper el ciclo de la preocupación excesiva y las conjeturas sobre el futuro. Por ejemplo, cuando Jesús, en el sermón del monte, nos invita a no preocuparnos por el día de mañana, recordándonos que cada día tiene suficientes problemas por sí mismo (Mateo 6,34), este enfoque fomenta un cambio de perspectiva que permite a los jóvenes soltar ansiedades infundadas y encontrar paz interior.

4. Finalmente, la fe es, en sí misma, un bálsamo poderoso, ya que, tener fe significa confiar en que, a pesar de los desafíos, hay un propósito y guía divina en nuestras vidas. La fe proporciona una base sólida sobre la cual los jóvenes pueden construir su confianza y fuerza interna, como expresó C.S. Lewis, un renombrado escritor, “la fe es el arte de mantener algo que tu razón una vez aceptó, a pesar de tus cambiantes estados de ánimo”. Este recordatorio puede ser alentador para quienes enfrentan la incertidumbre y la ansiedad, recordándoles que no están solos en sus luchas.

En conclusión, calmar la ansiedad en los jóvenes es un desafío multifacético que puede abordarse desde varios ángulos integrados desde la importancia de la comunidad y la comunicación abierta, hasta el empleo de la oración, la meditación y la atención plena, las herramientas son numerosas y efectivas. Al entrelazar estas prácticas con una fe sólida, podemos no sólo gestionar nuestra ansiedad, sino también transformar nuestras vidas con propósito y paz. La ansiedad, aunque difícil, no es un destino, sino un camino que puede abordarse con fe, esperanza y caridad.

Dr. Pablo de Robina Duhart

Coordinador del Centro Anáhuac de Formación Integral de la Universidad Anáhuac (CAFI).

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