Pudiera pensarse que acercar a los niños a Dios es muy complicado, pero no lo es necesariamente. Los seres humanos tenemos una sensibilidad connatural hacia lo religioso. “Lo ideal es que el mismo niño sea quien revele espontáneamente su atracción por Dios. Es cuestión de colocarlo en la pendiente; es decir, en un ámbito favorable”, asegura Nelly Alanís Rugerio, guía de niños, adolescentes y jóvenes en el movimiento Talleres de Oración y Vida.
Los niños tienen un instinto primitivo y connatural de amar y sentirse amados. Por lo tanto, si al niño se le orienta para dirigir hacia Dios ese instinto primario, pueden producirse experiencias profundas de relación con Dios, como Papá, con efectos consecuentes como paz y encanto.
El padre Ignacio Larrañaga (1928-2013), fundador de Talleres de Oración y Vida, decía que antes se procuraba enseñar la doctrina cristiana de memoria, pero ahora se trata de hacer que el niño entre en un mundo envolvente de amor gratuito del Padre, abriéndolo al Libro de Dios, que es la Palabra de Vida.
“Hay que enseñarles a conversar con Dios, a quien presentamos como Papá del cielo. Un Papá que lo ama de mil formas y maneras; así mismo, que se relacionen con Jesús como el mejor amigo”, asegura Alanís.
Estos elementos podrán acelerar la maduración armónica de la personalidad; con una alegría diferente que deja al niño envuelto en serenidad.
La fuente principal es la Palabra de Dios. Así que, para propiciar este acercamiento, puedes empezar llevándolo a la Eucaristía, enseñándole el significado de las partes de la Misa, y explicarle la Palabra.
Pero no te conformes sólo con eso. También puedes fomentar esta cercanía con Jesús en la oración desde casa, con la familia, y tener un seguimiento en las actividades que ofrece la parroquia.
“Las diferentes formas de conversar con Dios son leyendo, escribiendo, mirando, repitiendo alguna oración o alabanza, dibujando y cantando”, dice Nelly Alanís. Y por supuesto, dale un ejemplo de vida. Ante los niños hay que ser congruentes entre el comportamiento habitual y lo que se le está enseñando.
Recuerda contarle al niño la Palabra de Dios como una historia dinámica y con palabras sencillas para que las pueda comprender, asimilar de una manera entretenida y no se canse.
Gracias a la pedagogía que se utiliza en Talleres de Oración y Vida, Nelly Alanís ofrece formas sencillas que se pueden aplicar en casa. A continuación te compartimos algunas de ellas:
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