Representación del Nacimiento de Jesús
Mucha gente cree que Navidad sólo se celebra un día, el 25 de diciembre, y el 26 guardan los adornos, tiran el arbolito a la basura y se ponen a planear qué harán en año nuevo, pero la Navidad es algo tan grande que no cabe un día para festejarla.
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Por eso la Iglesia celebra la ‘octava de Navidad’, es decir que durante ocho días se celebra como si fuera 25 de diciembre; de hecho, en la Santa Misa se usan los mismos textos litúrgicos del 25.
El año litúrgico de la Iglesia Católica inicia con el Adviento, cuatro domingos antes de Navidad. Foto: Cathopic
Si la Iglesia celebra así la Navidad, ¿por qué no nosotros también? Es estupendo quitarle presión al 25, que no todo tenga que ser ese día.
Por ejemplo, si miembros de la familia no pudieron estar en la cena navideña, ¡tienen toda una semana para encontrarse!, si una ama de casa no alcanzó a preparar lo que deseaba servir en Navidad, ¡tiene ocho días para cocinar con calma!
Si alguien no pudo felicitar a sus amigos en Navidad, ¡está perfectamente a tiempo llamándolos durante la octava!
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El mundo habla de ‘felices fiestas’, cenas, brindis y regalos, para que la gente se vaya con la finta y se olvide de Jesús, pero ¡Él es la razón de celebrar la Navidad!
No hay que olvidarse de celebrarlo, y además de ver la Misa por internet, hay que ofrecerle un regalo espiritual, arrullarlo, dedicar tiempo para leer en la Biblia los relatos de Su infancia, contemplarlo en el Nacimiento, orar y agradecer de corazón que se haya encarnado para nuestra salvación.
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