Por Filiberto Monter Santiago
El 17 de febrero de 2016, el Papa Francisco partió de tierras nacionales tras permanecer en México por seis días como parte de su primer viaje apostólico a nuestro país; lo hizo en el “Misionero de Paz” de Aeromexico.
La aeronave Boeing 787 “Dreamliner” fue bautizada así porque se encargó de trasladar al Santo Padre de regreso al Vaticano.
De hecho, en una de las imágenes proyectadas durante esa despedida desde Ciudad Juárez, se aprecia a Jorge Mario Bergoglio bendiciendo la aeronave.
Hasta hace unos días se conoció que un avión de Aeromexico partiría a Shangái (China) para trasladar una importante carga de insumos médicos adquiridos por el gobierno mexicano para hacer frente al brote de Covid-19.
Ayer por la noche, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el “Misionero de Paz”, que llevó con bien al Papa de México a Roma en el 2016, arribó al país con insumos de protección para médicos y enfermeras, así como respiradores, medicamentos y material profiláctico.
Según autoridades mexicanas, es el cargamento más grande hasta el momento para la atención de pacientes con el virus Covid-19.
El “Misionero de Paz”, bendito por Francisco, también aterrizó con 50 oxímetros, 11 ventiladores, 54 monitores, dos rayos X portátiles y 44 camas de terapia intensiva.
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