La Iglesia Católica contará con un nuevo santo, se trata del laico italiano Artemide Zatti. El Papa Francisco recibió este 9 de abril al prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el Cardenal Marcello Semeraro, y autorizó la promulgación de nuevos decretos que reconocen un milagro por intercesión del ahora beato Zatti, quien próximamente será canonizado.
Artemide Zatti, nació en Boretto (Reggio Emilia), Ialia, el 12 de octubre de 1880.
A los 9 años comenzó a trabajar como peón. Su familia, obligada por la pobreza, emigró a Argentina en 1897, y se estableció en Bahía Blanca.
El joven Artemide comenzó ahí a frecuentar la parroquia dirigida por los Salesianos e ingresó en la Congregación como miembro profeso, pero cayó enfermo de tuberculosis por asistir a un joven sacerdote enfermo.
Lo trasladaron a la Casa salesiana de Viedma, Argentina, donde había un hospital misionero con un enfermero salesiano que hacía prácticamente las funciones de un médico, el padre Evasio Garrone. Este invitó a Artemide a rezar a María Auxiliadora para obtener la curación, sugiriéndole que hiciera esta promesa: “Si Ella te cura, tú te dedicarás toda la vida a estos enfermos”.
Artemide hizo la promesa y se curó. Tras su recuperación, optó por no hacerse sacerdote, sino por dedicarse a los enfermos para cumplir la promesa hecha a la Virgen, por ello se consagró inmediata y totalmente al hospital, ocupándose en un primer momento de la farmacia.
Cuando en 1913 murió el P. Garrone, toda la responsabilidad del hospital quedó en Artemide Zatti. Fue vicedirector, administrador, enfermero apreciado por los enfermos y el personal sanitario.
Su servicio no se limitaba al hospital sino que se extendía a toda la ciudad de Viedma, al norte de la Patagonia, y hasta a las localidades situadas en las orillas del río Negro.
“En caso de necesidad se movía a cualquier hora del día y de la noche, sin preocuparse del tiempo, llegando a los tugurios de la periferia y haciéndolo todo gratuitamente. Su fama de enfermero santo se propagó por todo el Sur y de toda la Patagonia le llegaban enfermos. No era raro el caso de enfermos que preferían la visita del enfermero santo a la de los médicos”, dice su biografía publicada en la página del Vaticano.
En 1950 se descubrió que tenía un tumor. Continuó sin embargo cuidando de su misión todavía un año más, hasta que tras sufrimientos heroicamente aceptados murió el 15 de marzo de 1951, con el afecto de la población.
El Papa san Juan Pablo II beatificó a Artemide Zatti en 2002.
El milagro ahora reconocido para su canonización data de 2016 y consistió en la recuperación de un hombre filipino que se estaba muriendo de un grave ataque isquémico en la cabeza, agravado por una fuerte hemorragia.
Su familia no tenía medios para operarlo y lo llevó a casa el 21 de agosto. Tres días después se quitó la sonda nasogástrica con la que se alimentaba y el oxígeno, y pidió que le dejaran comer.
Su hermano, coadjutor salesiano en Roma, había pedido por la recuperación del hombre, y el mismo día en que fue ingresado en el hospital, se puso a rezar por la intercesión del beato Artemide Zatti.
Con información de Vatican News.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.