Enfrentar la soledad durante la cuarentena puede ser un problema muy difícil de resolver, sobre todo para 1.7 millones de adultos mayores que viven solos, de acuerdo con datos del INEGI en 2018.
Para Claudia Zertuche, especialista en Ciencias de la Educación y colaboradora de Cenyeliztli advierte que este confinamiento puede hacer florecer el sentimiento de soledad, el cual significa que se debe de hacer una conexión con Dios, con la familia, o con los amigos.
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La maestra Zertuche comparte cinco estrategias para sobrellevar la soledad durante la cuarentena, además, conservar la salud mental, espiritual y física.
A decir de la especialista, esta conexión es importante, pues se tiene la certeza de que siempre se está acompañado por Dios, que escucha y nos responde.
“Es importante buscarlo, sobre todo en estos momentos de confinamiento para que que nos pueda ayudar a sentirnos acompañados. Puede ser a través de una oración, platicar con Él sobre lo que sentimos en estos tiempos”, señala Zertuche.
Es bueno tener un vínculo con la familia o con los amigos, pues el compartir sentimientos de ansiedad, frustración, miedo o angustia puede ser un buen alivio para la salud mental, no sólo para quien los expresa, también para quien lo escucha y es también una forma de formar lazos estrechos.
“Seguramente muchos dirán ‘es que necesito ver a mis hijos, mis nietos, o mis familiares para abrazarlos’; sin embargo, tomemos conciencia de que no es el momento idóneo. Sin embargo, ya vendrá el tiempo en que lo podamos hacer, lo que toca en este momento, es aprender a lidiar con la soledad y el confinamiento”.
La especialista considera que un gran aliado en esta cuarentena es la tecnología, pues podemos estar cerca de la familia y amigos a través de una videollamada o mensajes de texto. “Afortunadamente en estos tiempos tenemos la ventaja de contar con la tecnología. No me imagino en épocas pasadas tener que vivir este encierro y sin el internet, por ejemplo”.
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Claudia Zertuche señala que es muy importante estar atento a los pensamientos, sobre todo cuando las personas viven solas, pues es muy fácil caer en pensamientos negativos o destructivos que merman la salud.
“Tal vez muchas personas no sentían la soledad porque trabajaban, pasaban tiempo con los amigos o en otras actividades y no se deban cuenta de lo que pensaban, pero ahora, en este confinamiento sí nos vamos a dar cuenta de lo que estamos pensado”.
Detalla que, como un ejercicio para toda la vida, las personas pueden mantener pensamientos positivos y alentadores, a pesar de la situación de la pandemia del coronavirus y la incertidumbre que genera el futuro. Señala que pensar en el futuro, bajo estas circunstancias, es muy estresante y desgastante para las personas, lo cual puede generar alguna enfermedad.
“Debemos ser nuestros mejores amigos, porque la propia persona debe de generar su bienestar mental, lo cual repercutirá en otras áreas de su vida, o ¿cuando amamos a alguien, le deseamos mal?”.
Explica que para frenar los pensamientos negativos, la persona debe de comenzar a cuestionarse si esas ideas son útiles o la benefician de alguna manera, y si concluye que no, entonces desecharlos y pensar en algo que cause bienestar.
Santa Teresa de Jesús decía que “la loca de la casa” era la mente, y en efecto, no se está quieta; por ello, la especialista recomienda seguir con la rutina que se tenía antes de la cuarentena para mantener la salud mental, por ejemplo, mantener los horarios de comida, de descanso, de trabajo e incluso para las labores del hogar, alimentación, etc.
Si bien esta pandemia nos tomó por sorpresa a todos y ha cambiado la vida de todo el planeta, hay que verla como una oportunidad de aprendizaje, señala la especialista.
“Las lecciones más duras nos dejan las mejores enseñanzas de la vida. Esta cuarentena como una oportunidad para fortalecernos de manera individual como colectiva. En muchos casos, muchos aprenderán a conocerse, otros experimentarán la resiliencia, la compasión y muchos otros se habrán reconciliado con Dios, etc”.
Asegura que cuando la contingencia sanitaria llegue a su fin, las personas habrán aprendido no solo a vivir el día a día, sino que tendrán un sentido de comunidad, serán solidarios y empáticos ante las diferentes realidades de la sociedad.
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