Muchas páginas de la historia de África se han escrito con sangre y dolor, pues desde que los europeos comenzaron a explorar el continente, la esclavitud se convirtió en un lucrativo negocio cuyo mercado encontró en Europa y América, y es uno de los más vergonzantes de la humanidad. En México, por ejemplo, los africanos constituyeron el tercer grupo racial con el europeo y el indígena.
En el camino opuesto a esta tendencia, San Daniel Comboni realizó 8 viajes misioneros s África y terminaría por fundar una Congregación destinada a llevar el Evangelio a esas latitudes, pero pronto agregaría a su carisma la pastoral social que se materializa en acciones como la justicia y la paz, los derechos humanos y la promoción de la dignidad humana a todos los niveles.
Daniel Comboni nació en Brecia, Italia, el 15 de marzo de 1831, en una familia de agricultores, cuando todavía había esclavitud en África.
Fue ordenado sacerdote en 1855 y dos años después quiso evangelizar África Central por lo que se adentró en las selvas y, tras buscar el apoyo económico y político para su proyecto, entre 1867 y 1872 fundó dos institutos misioneros que más tarde serían conocidos como los misioneros y las hermanas combonianos.
El padre Comboni participó como ponente en el Primer Concilio Ecuménico del Vaticano y como teólogo del obispo de Verona, convenció a 70 obispos para firmar una petición a fin de evangelizar África Central; este documento es conocido como Postulatum pro Nigeria Áfricae Centralis.
El 2 de julio de 1877, Comboni fue nombrado Vicario Apostólico para África Central y luego lo designaron obispo en agosto de 1877, con sede en Jartun, la capital de Sudán.
Él falleció el 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, de una enfermedad de la que se contagió en la selva.
Fue beatificado por Juan Pablo II el 17 de marzo de 1996, y canonizado el 5 de octubre de 2003. Su festividad litúrgica es el 10 de octubre.
A la fecha, los misioneros combonianos son 1491, de 45 nacionalidades, incluyendo a mexicanos, y han sumado a su carisma el diálogo con otras culturas y religiones. Ellos editan dos revistas: Mundo Negro y Aguiluchos, y tienen dos museos africanos en Madrid y en Barcelona.
Las palabras pertenecen a San Daniel Comboni, un sacerdote italiano que cumplió su sueño de ir a África. Tras un arduo viaje de 115 días recorriendo el Nilo y montando en camello, llegó al corazón del continente, donde, junto a sus compañeros, fundó la misión de “Santa Cruz” en Sudán. Sin embargo, sus compañeros fallecieron poco después debido a enfermedades tropicales. En ese momento de soledad, Comboni se dedicó por completo a su labor en África, expresando su compromiso con la frase: “África o muerte”.
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