El Papa Francisco reconoció la existencia de dos tipos de tristeza que afectan al ser humano, por lo que urgió a los fieles a contrarrestar la que es impulsada por el maligno y que enferma el corazón, con la que al pensar en Jesús nos otorga alegría y nos lleva a la resurrección.
Durante su catequesis sobre los vicios y virtudes en el marco de la Audiencia General, el Papa Francisco calificó a la tristeza como un vicio bastante feo, entendido como un abatimiento del ánimo, una aflicción constante que impide al ser humano experimentar alegría por su propia existencia.
En este sentido, el Santo Padre indicó que, en efecto, existe una tristeza que conviene a la vida cristiana, y que con la gracia de Dios se transforma en alegría, por lo que “ésta, por supuesto, no debe rechazarse y forma parte del camino de conversión”.
Pero, continuó el Papa Francisco, existe también un segundo tipo de tristeza que se insinúa en el alma y la postra en un estado de abatimiento: “es este segundo tipo de tristeza el que hay que combatir resueltamente y con todas las fuerzas, porque procede del maligno”.
“Podemos distinguir dos tipos de tristeza: por un lado, está la tristeza que lleva a la salvación si se vive según la fe, porque nos impulsa a mirar nuestro interior, nos inspira el dolor y la amargura de haber pecado, colocándonos así en el camino del arrepentimiento y en la esperanza de recuperar la amistad con Dios.
“Pero, por otro lado, tenemos otra tristeza, aquella tristeza que, si nos descuidamos, puede convertirse en una enfermedad del alma; como un gusano que corroe y destruye el corazón. Nos hará bien pues combatir esta segunda tristeza —esta enfermedad— con la fe en la resurrección de Cristo, que nos colma de esperanza, de gozo y de paz”, apuntó.
Durante su Catequesis del 7 de febrero de 2024, el Papa Francisco indicó que existe una tristeza amiga que nos lleva a la salvación y esta la podemos considerar como una gracia que nos permite gemir por los propios pecados, recordar el estado de gracia del que hemos caído, llorar porque hemos perdido la pureza con la que Dios nos soñó.
Pero, subrayó el Obispo de Roma, por muy llena que esté la vida de contradicciones, de deseos incumplidos, de sueños no realizados, de amistades perdidas, “gracias a la resurrección de Jesús podemos creer que todo se salvará”.
“Jesús ha resucitado no sólo para sí mismo, sino también para nosotros, a fin de rescatar todas las felicidades que no se han realizado en nuestras vidas. La fe expulsa el miedo, y la resurrección de Cristo quita la tristeza como la piedra del sepulcro. Cada día del cristiano es un ejercicio de resurrección”, aseveró el Papa Francisco.
Desde el Aula Pablo VI, el Papa Francisco detalló que existe una segunda tristeza que aflige a las personas, la cual deriva en una enfermedad del alma, ya que surge en el corazón humano cuando se desvanece un deseo o una esperanza, pues la dinámica de la tristeza está ligada a la experiencia de la pérdida.
En el corazón del ser humano, continuó el Papa Francisco, nacen esperanzas que a veces se ven defraudadas, como el deseo de poseer algo que no se puede conseguir o algo importante, como la pérdida de un afecto, por lo que cuando sucede esto, es como si se cayera en un precipicio y se experimentan sentimientos como desánimo, debilidad de espíritu, depresión y angustia.
“En esta situación, algunos, tras un tiempo de agitación, se apoyan en la esperanza; pero otros se regodean en la melancolía, dejando que ésta se pudra en sus corazones. ¿Se siente placer en esto? Verán: la tristeza es como el placer del no-placer; es como tomar un caramelo amargo, sin azúcar, malo, y chupar ese caramelo. La tristeza es el placer del no-placer”, aseguró.
Al dictar su Catequesis, el Papa Francisco definió dos maneras en que una persona puede caer en aquella tristeza que engendra al maligno e instó a los fieles a no caer en ellas:
De la misma manera, hizo algunas precisiones sobre lo que es este tipo de tristeza que enferma al corazón:
“¿Entonces, qué debo hacer cuando estoy triste? Detenerte y ver: ¿esta tristeza es buena? ¿No es una buena tristeza? Y reaccionar según la naturaleza de la tristeza. No se olviden de que la tristeza puede ser algo muy malo que nos lleva al pesimismo, nos lleva a un egoísmo que difícilmente se cura. Hermanos y hermanas, debemos tener cuidado con esta tristeza y pensar que Jesús nos trae la alegría de la resurrección”, puntualizó el Papa Francisco.
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